Desde el 2 de agosto de 1967 han transcurrido 19.477 días
Y desde el 28 de septiembre de 1968 (fecha del poema de WB "A song in a year of catastrophe"), 19.054 días, o 52 años y dos meses
Esta es la traducción del poema de WB:
Canción
en un año de catástrofe
Comencé a ser perseguido por una voz diciendo:
“No puede durar. No puede durar
Endurécete. Endurécete.
Prepárate. Prepárate.”
“Ve busca bajo las hojas”
Dijo, “porque lo que vive ahí
Está hace tiempo muerto en tu lengua”.
Y dijo, “Pon tus manos
En la tierra, vive pegado
Al suelo. Aprende la oscuridad.
Recolecta a tu alrededor todas
Las cosas que amas, di
Sus nombres, prepárate
a perderlas. Será
como si todo lo que sabes se diera
la vuelta en tu cuerpo.”
Y fui y puse mis manos
En el suelo, y echaron raíz
Y creció en una cosecha de temporada.
Miré debajo del velo
de las hojas. y oí voces
que sabía habían muerto
en mi lengua años antes de mi
nacimiento
Aprendía la oscuridad.
Y todavía la voz permaneció conmigo
Despertando en las tempranas mañanas
Puede oírla, como un pájaro
Atónito entre las hojas.
Un pájaro burlón cantando
despreocupadamente
En el otoño de la catástrofe:
“Prepárate. Prepárate.
Endurécete. Endurécete”
Y oí el sonido
De una gran máquina resonando
en el aire, y una voz preguntando:
“¿Cambio o esclavitud?
¿Dificultad o esclavitud?”
Y voces contestando:
“¡Esclavitud! ¡Esclavitud!”
Y tuve miedo, amando
Lo que sabía se perdería.
Entonces la voz que me seguía dijo
“No has llegado bastante cerca.
Ven más cerca del suelo. Aprende
De las chochas en los bosques
cuyo remar es un ritual
de las hojas caídas,
y de la codorniz anidando
cuyo moteado resulta difícil de ver
en la alta hierba.
Estudia el abrigo del topo.
Porque el granjero usará
Los surcos y el verde
De sus campos, y aguanta
La larga presencia de los bosques”.
Y pregunté: “¿Quieres decir la
muerte, entonces?”
“Si” dijo la voz.“Muere
En lo que la tierra te pida.
Dejé marchar todos los asideros
entonces, y me hundí
En la tierra como un nadador sin
esperanza,
Y al final alcancé totalmente el
alivio
Y la alegría de aquel lugar,
Con todas mis pérdidas regresando
28-09-1968
WB (traducción Guillermo Ruiz)
Durante las lunas de primavera, el niño
gustaba de salir al campo y agazapado en las junqueras de la ribera veía al
raposo descender al prado a purgarse aprovechando el plenilunio que inundaba la
cuenca de una irreal, fosforescente claridad lechosa. El zorro se comportaba
espontáneamente, sin recelar su presencia. Pastaba cansinamente la rala hierba
y, de vez en cuando, erguía la hermosa cabeza y escuchaba atentamente durante
un rato. Con frecuencia el destello de la luna hacía relampaguear con un brillo
verde claro sus rasgados ojos y, en esos casos, el animal parecía una
sobrenatural aparición. Una vez el Nini
abandonó gritando su escondrijo cuando el zorro, aculado en el prado, se
rascaba confiadamente y el animal, al verse sorprendido, dio un brinco
gigantesco y huyó, espolvoreando con el rabo su orina pestilente. El niño reía
a carcajadas mientras le perseguía a través de las junqueras y los sembrados.
(Miguel Delibes, Las
ratas. Obra completa. Destino 1968.Tomo 3, págs. 480-481)