Humo, Smoke
Suave y alado humo, ave de Icaro,
Que quemas tus alas en tu vuelo ascendente,
Sturnella sin canto, y mensajero de la aurora,
Sobrevolando los poblados como tu nido;
O sueño que parte y forma sombría
De la visión de medianoche, escrutando tus afueras;
De noche velando las estrellas y de día
Oscureciendo la luz y eclipsando el sol.
Ves tú, mi incienso, hacia arriba desde esta tierra
Y pide a los Dioses que perdonen esta clara llama.
HDT
(Traducción Guillermo Ruiz)
Light-winged Smoke, Icarian bird,
Melting thy pinions in thy upward flight,
Lark without song, and messenger of dawn,
Circling above the hamlets as thy nest;
Or else, departing dream, and shadowy form
Of midnight vision, gathering up thy skirts;
By night star-veiling, and by day
Darkening the light and blotting out the sun;
Go thou my incense upward from this hearth,
And ask the gods to pardon this clear flame.
Verás hombres rudos y fuertes, experimentados y sabios, guardando sus fortalezas, apilando la leña veraniega o talando solos en los bosques, más llenos de conversación y aventura insólita, en el sol, el viento y la lluvia, que un percherón de carne; que han estado en la lucha no sólo en 1785 o 1812 sino cada día de sus vidas; hombres más grandes que Homero, Chaucer o Shakespeare, que no tuvieron siquiera tiempo para declarar su grandeza porque nunca eligieron el camino de la escritura. Mira sus campos, e imagina lo que podrían escribir si debieran elegir poner su pluma al papel. O qué no han escrito ya sobre la faz de la tierra, desbrozando, quemando, limpiando, arando, cavando y rellenando, adentro y adentro, afuera y afuera, encima y encima, una vez y otra vez, borrando lo que ya habían escrito por su deseo de más pergamino.
Así como el ayer y los tiempos históricos son pasado, así como el trabajo de hoy está presente, así también algunas perspectivas del alejamiento y semiexperiencia de la vida en la naturaleza son, en el tiempo, un verdadero futuro, o mejor están fuera de su discurrir, peremnes, juveniles, divinas, en el viento y la lluvia que nunca mueren.
La gente respetable,
¿dónde habita?.
Susurran entre los robles
y resuellan entre el heno.
Invierno y verano, noche y día,
afuera, sobre las riberas, allí habitan.
Nunca mueren,
no gimotean ni gritan
ni piden nuestra piedad
con los ojos mojados.
Siempre mejoran un sobrio legado,
prestos prestan a cualquiera,
al océano riqueza,
a la ribera salud,
al Tiempo su duración,
a las rocas fuerza,
a las estrellas luz,
al cansado noche,
al ocupado día,
al indolente ocupación.
Y así su buen humor nunca termina,
porque todos son sus deudores y todos sus amigos.
(Concord River, en la obra “A week on the Concord and Merrimack Rivers”.Traducción Guillermo Ruiz)