TINTES OTOÑALES (X)
Pero de mucha mayor importancia que el conocimiento de los nombres y las distinciones de colores es la alegría y el entusiasmo que estas hojas coloreadas promueven. Ya estos árboles brillantes a lo largo de la calle, sin ninguna variedad adicional, son al menos iguales a un festival y vacación anuales, o a una semana de los mismos. Estos son inocentes y baratos días de gala, celebrados por uno y por todos sin la ayuda de comités o comisarios; una exhibición tal que puede ser autorizada con seguridad, sin atraer a jugadores o vendedores de ron, ni requerir ninguna policía especial para mantener la paz. Y pobre, desde luego, debe ser aquel octubre de una villa de Nueva Inglaterra que no tiene el Arce en sus calles. Este festival de octubre no cuesta ninguna pólvora, ni la llamada de campanas, sino que cada árbol es un estandarte de libertad viva en el cual ondean un millar de brillantes banderas.
No es ninguna maravilla que debamos tener nuestra Feria Anual de Ganado, y el Entrenamiento Otoñal y quizás Cornwallis, los Tribunales de Septiembre y otros eventos parecidos. La Naturaleza tiene por sí misma su feria anual en Octubre, no solo en las calles, sino en cada valle y sobre la ladera de cada colina. Cuando últimamente miramos hacia aquella hondonada de Arces Rojos, toda en llamas, donde los árboles estaban ataviados con vestiduras de los tintes más brillantes, ¿no nos sugirió un millar de gitanos debajo,-una raza capaz de una delicia salvaje-,o incluso los cervatillos de fábula, sátiros y ninfas del bosque que volvían a la tierra?.¿O aquello en lo que pensamos era solo una congregación de leñadores o propietarios llegados a inspeccionar sus terrenos?.¿O, antes todavía, cuando paleábamos sobre el río en el aire fino de Septiembre , no parecía haber allí algo nuevo bajo la burbujeante superficie de la corriente, una agitación de bastones, al menos, para que nos apresuráramos con la finalidad de estar a tiempo?.¿No parecían las filas de sauces y arbustos (cephalantus occidentalis?) amarillentos a cada lado como filas de casetas, bajo las cuales, quizás, alguno huevos amarillos estaban igualmente eclosionando en el agua?.¿No sugerían todas estas cosas que los ánimos del hombre deberían levantarse tan alto como los de la Naturaleza-que deberían ondear su bandera y ver interrumpida la rutina de su vida diaria por una expresión análoga de alegría e hilaridad?.
Ninguna maniobra anual o revista de tropas, ninguna celebración con sus estandartes y banderas podría traer a ciudad una centésima parte del esplendor de nuestro Octubre. Solo tenemos que plantar los árboles y dejar que permanezcan y la Naturaleza encontrará el colorido-banderas de todas sus naciones, algunas de cuyas señales privadas el botánico puede leer a duras penas-,mientras caminamos bajo los arcos triunfales de los Olmos. Deja a la Naturaleza que señale los días, sean o no los mismos que en los estados limítrofes, y permite que los ministros lean sus proclamas, si es que pueden entenderlas. Contempla que brillante bordado es su bandera Woodbine (Lonicera sempervivens?).¿Qué comerciante benefactor, piensas tú, a contribuido a esta parte de la exhibición?.No hay ninguna cobertura ni pintura más adecuada que esta viña, que cubre en este momento una parte entera de algunas casas. No creo que la Hiedra peremne (Ivy never sear) sea comparable a ello. No es extraño que haya sido introducida masivamente en Londres. Permítasenos entonces, digo, tener muchos y buenos Arces, Hickories y Robles Escarlatas.¡Fuego a discreción!¿Serán aquellos sucios rollos de trapo en la armería todos los colores que una villa pueda desplegar?.Una villa no está completa a menos que tenga estos árboles para marcar la estación en ella. Ellos son importantes como el reloj del pueblo. Una villa que no los tiene no trabajara bien. Permítasenos tener Sauces para la primavera, Olmos para el verano, Arces, Walnuts y Tupelos para el Otoño, Coníferas para el invierno y Robles para todas las estaciones.¿Qué es una galería en una casa en comparación con una galería en las calles que cada comerciante recorre, lo quiera o no?.Desde luego no hay una galería de pintura en el condado que sea tan valiosa para nosotros como lo es la visión hacia el Oeste del ocaso bajo los Olmos de nuestra calle principal. Ellos son el marco de una pintura que es diariamente dibujada detrás. Una avenida de Olmos tan larga como la más larga nuestra y de tres millas de longitud parecería que conduce a un lugar admirable, aunque solo C__ estuviera al final de ella.
Una ciudad necesita estos estimulantes inocentes de perspectivas brillantes y animadas para mantener a raya a la melancolía y la superstición. Muéstrame dos villas, una enramada de árboles e iluminada con todas las glorias de Octubre, la otra un desperdicio meramente trivial y sin árboles, o con un solo árbol para los suicidas, y estaré seguro de que en la última se encontrarán los mayores y más famélicos y presuntuosos beatos y los bebedores más desesperados. Cada bargueño para lavar, cántaro de leche y piedra funeraria serán expuestos. Los habitantes desaparecerán abruptamente detrás de de sus granjas y casas, como Arabes del desierto tras sus rocas, y yo miraré para encontrar porras en sus manos. Ellos estarán dispuestos a aceptar la más estéril y desesperada doctrina, la de que el hombre está caminando rápidamente hacia su fin, o la de que ya ha llegado a él, o que ellos, por sí mismos, han sido dados la vuelta por el lado equivocado. Ellos juntarán quizás sus secas articulaciones unas con otras y lo llamarán una comunicación espiritual.
Pero para limitarnos a los Arces. ¿Qué sucedería si nos tomáramos la mitad de molestias en protegerlos que las que nos tomamos en plantarlos-no atando estúpidamente nuestros caballos a sus troncos-dalia?.
Qué pretendieron los fundadores al establecer esta perfecta institución viviente delante de la Iglesia- la institución que no necesita reparación ni revoco, que es continuamente prolongada y reparada por su crecimiento?.Seguramente ellos
Forjados en una sádica sinceridad
No se pudieron liberar de Dios por ellos mismos
Ellos plantaron mejor que supieron
Los árboles conscientes crecieron hacia la belleza
Verdaderamente estos Arces son predicadores baratos, permanentemente en paz, que predican sermones de medio siglo, un siglo y ay de un siglo y medio, con unción e influencia en constante crecimiento, dirigiendo a muchas generaciones de hombres; y lo menos que podemos hacer es proporcionarles compañeros adecuados a medida que empiezan a estar enfermos.
HDT
(traducción Guillermo Ruiz)