WALDEN
Verdaderamente, nuestra conversación es ajena al lenguaje,
solo el oído entrenado puede captar las palabras
que rompen y mueren en tus labios de guijarros.
El pensamiento fluye sin ruido como tus aguas,
llevado desde tu superficie como la niebla matinal,
de forma que el alma pasivamente lo respira,
y es contagiada con la verdad que expresarías.
Incluso batallones de las estrellas más remotas han venido
y se han detenido bajas para captar la bendición
de tu continencia.Tan a menudo como el día gira,
el sol se ha exhibido imparcial
delante de tu estrecho horizonte, y la luna
tampoco ha fallado en su despliegue
recurrente hacia aquí,hablándote de la noche.
Ninguna nube tan rara como la que hasta tí llegó,
y en tu rostro se mostró doblemente hermosa.
y se han detenido bajas para captar la bendición
de tu continencia.Tan a menudo como el día gira,
el sol se ha exhibido imparcial
delante de tu estrecho horizonte, y la luna
tampoco ha fallado en su despliegue
recurrente hacia aquí,hablándote de la noche.
Ninguna nube tan rara como la que hasta tí llegó,
y en tu rostro se mostró doblemente hermosa.
Oh! Díme lo que los vientos han escrito en este millar de años
sobre el arco azul que sobrevuela tu corriente.
O lo que el sol transfirió y delicadamente reimprimió
para tu propia lectura privada.
Algo de ello he leído en estos últimos días.
Pero seguramente hubo mucho más que habría maravillado al alma
y que el ojo humano no vio.
Yo daría cualquier cosa por leer esta primera página brillante,
húmeda en una prensa virgen, cuando Boreas,
huésped de las remiges,
mojó el primero sus plumas en tu neblina.
sobre el arco azul que sobrevuela tu corriente.
O lo que el sol transfirió y delicadamente reimprimió
para tu propia lectura privada.
Algo de ello he leído en estos últimos días.
Pero seguramente hubo mucho más que habría maravillado al alma
y que el ojo humano no vio.
Yo daría cualquier cosa por leer esta primera página brillante,
húmeda en una prensa virgen, cuando Boreas,
huésped de las remiges,
mojó el primero sus plumas en tu neblina.
HDT
El poema Walden aparece en el Diario de HDT el 3 de Junio de 1838, hace 169 años
Fotografía de Richard Lenat
(Traducción de Guillermo Ruiz)
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