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Saturday, November 28, 2020

CANCIÓN EN UN AÑO DE CATÁSTROFE

 


Desde el 2 de agosto de 1967 han transcurrido 19.477 días

Y desde el 28 de septiembre de 1968 (fecha del poema de WB "A song in a year of catastrophe"), 19.054 días, o 52 años y dos meses

Esta es la traducción del poema de WB:

Canción en un año de catástrofe

 Comencé a ser perseguido por una voz diciendo:

“No puede durar. No puede durar

Endurécete. Endurécete.

Prepárate. Prepárate.”

 

“Ve busca bajo las hojas”

Dijo, “porque lo que vive ahí

Está hace tiempo muerto en tu lengua”.

Y dijo, “Pon tus manos

En la tierra, vive pegado

Al suelo. Aprende la oscuridad.

Recolecta a tu alrededor todas

Las cosas que amas, di

Sus nombres, prepárate

a perderlas. Será

como si todo lo que sabes se diera

la vuelta en tu cuerpo.”

 

Y fui y puse mis manos

En el suelo, y echaron raíz

Y creció en una cosecha de temporada.

Miré debajo del velo

de las hojas. y oí voces

que sabía habían muerto

en mi lengua años antes de mi nacimiento

Aprendía la oscuridad.

 

Y todavía la voz permaneció conmigo

Despertando en las tempranas mañanas

Puede oírla, como un pájaro

Atónito entre las hojas.

Un pájaro burlón cantando despreocupadamente

En el otoño de la catástrofe:

 

“Prepárate. Prepárate.

Endurécete. Endurécete”

Y oí el sonido

De una gran máquina resonando

en el aire, y una voz preguntando:

“¿Cambio o esclavitud?

¿Dificultad o esclavitud?”

Y voces contestando:

“¡Esclavitud! ¡Esclavitud!”

Y tuve miedo, amando

Lo que sabía se perdería.

 

Entonces la voz que me seguía dijo

“No has llegado bastante cerca.

Ven más cerca del suelo. Aprende

De las chochas en los bosques

cuyo remar es un ritual

de las hojas caídas,

y de la codorniz anidando

cuyo moteado resulta difícil de ver

en la alta hierba.

Estudia el abrigo del topo.

Porque el granjero usará

Los surcos y el verde

De sus campos, y aguanta

La larga presencia de los bosques”.

 

Y pregunté: “¿Quieres decir la muerte, entonces?”

“Si” dijo la voz.“Muere

En lo que la tierra te pida.

Dejé marchar todos los asideros entonces, y me hundí

En la tierra como un nadador sin esperanza,

Y al final alcancé totalmente el alivio

Y la alegría de aquel lugar,

Con todas mis pérdidas regresando

28-09-1968

WB (traducción Guillermo Ruiz)

Durante las lunas de primavera, el niño gustaba de salir al campo y agazapado en las junqueras de la ribera veía al raposo descender al prado a purgarse aprovechando el plenilunio que inundaba la cuenca de una irreal, fosforescente claridad lechosa. El zorro se comportaba espontáneamente, sin recelar su presencia. Pastaba cansinamente la rala hierba y, de vez en cuando, erguía la hermosa cabeza y escuchaba atentamente durante un rato. Con frecuencia el destello de la luna hacía relampaguear con un brillo verde claro sus rasgados ojos y, en esos casos, el animal parecía una sobrenatural aparición. Una  vez el Nini abandonó gritando su escondrijo cuando el zorro, aculado en el prado, se rascaba confiadamente y el animal, al verse sorprendido, dio un brinco gigantesco y huyó, espolvoreando con el rabo su orina pestilente. El niño reía a carcajadas mientras le perseguía a través de las junqueras y los sembrados.

(Miguel Delibes, Las ratas. Obra completa. Destino 1968.Tomo 3, págs. 480-481)

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