Nos corresponde hacer de la vida una progresión continua y no ser derrotados por sus oportunidades.La corriente que primero recibió una gota del cielo debería ser filtrada por los acontecimientos hasta convertirse en manantial de mayor pureza y extraer un sabor más divino de los accidentes que atraviesa.¿Saldrán los hombres antes que el sol y no será el amanecer tan fresco, y con tal dignidad caminarán las montañas del este hasta el valle fértil de la vida con alto y sereno vigor desplegado en el medidodía, hacia un mejor y prometedor destino?. En los rojizos colores del poniente descubro los nacientes tonos de la aurora.Para mi hermano del oeste el está saliendo tan puro y brillante como lo fue para mí, pero la tarde solo se exhibe con el día todavía detrás, la belleza que a través de la mañana y el cénit escapó de mí.¿No es lo que llamamos la atmósfera pesada de la tarde el resultado acumulado del día, que absorbe los rayos de la belleza y se muestra más ricamente que la promesa desnuda del amanecer?.Permítasenos buscarla y que por el tributo en el calor del mediodía consigamos un poniente rico y de fuego al atardecer.
No necesitamos temer que el cielo colgará pesadamente cuando nuestra tarea esté hecha, porque nuestra tarea no es el resultado de una jornada de trabajo, depués de la cual un hombre deba pensar lo que hará a continuación para ganarse la vida, sino otra que, una vez que se empieza, solo finalizará cuando nada más quede por emprender en la tierra o el cielo.El esfuerzo es la pregorrativa de la virtud.No permitamos que la muerte sea el único objetivo de la vida, el momento en el que somos rescatados de la muerte a la vida.Y dispongámonos a trabajar, si es que algo a lo que todas las cosas contribuyen puede llamarse una tarea.No sufriremos porque nuestras manos pierdan una pizca de su habilidad cuando miremos su ruin jornal, pues sabemos que nuestra empresa no puede malograrse y que nadie estafará nuestro beneficio a no ser que no lo consigamos.
Nos toca más estar presentes aquí que dejar algo detrás de nosotros, puesto que si esto último debiera ser considerado, nunca es el resultado lo que los hombres alaban sino solo el mármol o el lienzo que están en lugar de su trabajo real.La mayor y más efectiva empresa puede no tener ningún resultado apreciable sobre la tierra, pero puede por sí misma dibujar los cielos con nuevas estrellas y constelaciones.Cuando en momentos únicos todo nuestro ser se esfuerza unido, en lo que llamamos una aspiración,podemos no esperar que nuestra empresa quede en el estudio de cualquier artista.La empresa más valiente, que en su mayor parte queda al margen de la historia, la que solo quiere la sobriedad de un resultado logrado, y la incertidumenre de una empresa haciéndose,es la vida de un gran hombre.Las devociones ocasionales son enajenaciones transitorias de uno mismo, puesto que se trata de un coraje con flujos y reflujos, el alma se encuentra ausente porque su empresa se transforma en indiferencia y cobardía, mientras que la devoción de un hombre valiente consiste en su integridad temporal.
Cada golpe del buril debe entrar en nuestra propia carne y huesos, es un mero idólatra y aprendiz de artista el que lo sufre para representarlo en el mármol, porque el arte verdadero no es meramente una consolación sublime, de día feriado, que los dioses han dado a los mortales enfermizos, sino una obra maestra como la que podría producir una habitante de las tierras llanas de Asia, con sesenta y diez años por lienzo y las facultades de un hombre por herramienta.Una vida humana donde podrías esperar descubrir más que la frescura de la aurora de Guido, o la suave luz de los paisajes de Tiziano.Ninguna pobre imitación ni rival alguno en la naturaleza, sino el original restaurado del cual la obra es un mero reflejo.Para una obra maestra como esta, todos los museos de Grecia e Italia son una mera mezcla de colores y un devastamiento preparatorio del mármol.
De tal clase entoces será nuestra cruzada que mientras inclina al corazón valiente y a la lucha como actividad, más que a la insinceridad e indolencia de la paz, ofrecerá un ejemplo tanto de calma como de energía.Tan despreocupada de la victoria como sin cuidado de la derrota.No buscando alargar la duración de nuestro servicio, ni acortarlo por una retirada, sino sabiamente aplicándonos a la campaña que tenemos delante.No permitamos que nuestra guerra sea aburrida y descortés, sino que una cortesía más alta esté presente en su alta caballerosidad, pero nunca en detrimento de sus obligaciones más exigentes ni de la disciplina más severa.Que nuestro campo pueda ser una palestra donde las energías y afectos latentes de los hombres puedan ejercitarse y contender, no en detrimento suyo sino para su mutuo ejercicio y desarrollo.
¿Qué fueron Godfrey y Gonzalo sino alentamos una vida en ellos y ponemos en vigor sus empresas como preludio de las nuestras?.El pasado es el lienzo sobre el que nuestra idea se dibuja, el borroso proyecto de nuestro campo futuro.Estamos soñando que hacer.Creo que oigo el sonido de la trompeta y el golpe de la coraza y escudo desde muchos rincones silenciosos del alma.El disparo de salida hace mucho que sonó y todavía no estamos en nuestras marcas.Permítasenos la premura de la mañana y la demora de la tarde.
HDT
(Traducción de Guillermo Ruiz)
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