Susumu Tonegawa ( M) nació en Nagoya, Japón en 1939. Estudió la licenciatura de Medicina en Japón, trabajando en el departamento de Química de la Universidad de Kyoto. En 1963 se traslada a Estados Unidos comenzando a trabajar en el departamento de Biología de la Universidad de San Diego, California. Fue nombrado miembro del Instituto de Basilea y profesor de Biología en el Centro de Investigación del Cáncer del Instituto de Tecnología de Massachusetts.
Descubrió que ciertos elementos de la masa genética(ADN) podían trasferirse y reagruparse en el trascurso del desarrollo al pasar de la célula embrionaria al estado del linfocito B. Demostró que cada linfocito es capaz de formar el anticuerpo necesario, es decir el anticuerpo que el organismo necesita en cada momento. Ante una agresión por un antígeno determinado, se produce una respuesta celular del organismo y produce la recombinación adecuada de genes para formar el anticuerpo específico contra ese antígeno. Ante estos hallazgos Tonegawa llegó a formular la teoría de que la cantidad y calidad de la respuesta inmulógica está condicionada genéticamente.
Gracias a sus trabajos se ha podido conocer cuántos genes de inmunoglobulinas tiene el ser humano, y cómo dan lugar a multitud de anticuerpos específicos.
http://es.wikipedia.org/wiki/Susumu_Tonegawa
Los genes solían considerarse intocables en las células maduras. ¿Cómo llegó a la recombinación somática?
En los sesenta, había un gran debate sobre si la diversidad de los anticuerpos se generaba durante la evolución, lo que se llamaba la teoría de la línea germinal que defendía Leroy Hood en Caltech, o si se generaba durante la vida del individuo, somáticamente. Estuve en un congreso y los dos grupos debatían arduamente, pero sin pruebas reales.
Yo pensé que estaban locos, porque no se podía responder esta pregunta sin comparar la diversidad de genes y proteínas. Nadie lo había hecho, porque había que secuenciar los genes, y los inmunólogos no contemplaban este abordaje. Cuando planifiqué el experimento, yo no creía en el reordenamiento somático. Yo era partidario de la teoría de la línea germinal, porque en efecto, por entonces había un dogma: los genes no cambian durante la vida de un individuo.
Quería mostrar al mundo que los genes de las inmunoglobulinas no eran diferentes de cualquier otro gen. Por fortuna para mí, resultó ser justo al contrario. A la gente le costó creerlo, porque la inmutabilidad de los genes en la ontogenia era esencial para explicar el desarrollo: la única razón para que diferentes células produjeran diferentes proteínas era por Jacob-Monod; la expresión debía ser diferente en distintos linajes celulares, pero no los genes. El hecho de que los genes se movieran, y cambiase su actividad, era algo totalmente nuevo. Lo más inesperado resultó ser lo correcto.
Un editor de Nature apuntaba la semana pasada que las células madre existen para que el cuerpo no evolucione a lo largo de la vida de un individuo, preservando los genes inmutables, y que el sistema inmune es el único que evoluciona de forma darwiniana.
Es cierto. Pero también existen células madre en el sistema nervioso, y todavía no entendemos cuál es su propósito. Pero sí, el sistema inmune yo diría que es un microcosmos darwiniano de evolución, y literalmente ocurre en la vida de un individuo. Hay diversificación de genes de anticuerpos, y el patógeno invasor selecciona las células más aptas, que son las que se dividen.
El sistema inmune utiliza el mismo principio que la evolución. ¿Sabe por qué? Porque es el único sistema del cuerpo que tiene que tratar con lo inesperado, la inestabilidad. Las bacterias hacen copias de su ADN cada dos o tres horas, y con ello aparecen variaciones mutantes. Nosotros nos reproducimos solo en 20 o 30 años, así que no seríamos capaces de sobrevivir contra otros organismos que nos infectan con una tasa de diversificación tan rápida.
Para protegernos, la evolución inventó el sistema inmune para que podamos usar el mismo mecanismo de la bacteria, y mutar a su misma velocidad. Es una carrera. Somos un poco mejores que las bacterias en este sentido, y así podemos existir.
Susumu Tonegawa
¿NO RESULTA SIGNIFICATIVO QUE LA INMUNIDAD SOCIAL Y/O LEGAL, A DIFERENCIA DE LA INMUNIDAD BIOLOGICA, ESTE ASOCIDADA A LA AUSENCIA DE NECESIDAD DE DEFENDER LA PROPIA RESPONSABILIDAD?.¿NO DEBERIA ESTAR ASOCIADA LA INMUNIDAD SOCIAL A PRINCIPIOS DE LUCHA Y DEFENSA SIMILARES A LOS DE LA INMUNIDAD BIOLOGICA?.¿NO ES IGUALMENTE NECESARIA LA EVOLUCIÓN CONSTANTE DEL SISTEMA INMUNE SOCIAL GENERANDO LOS ANTICUERPOS NECESARIOS?.DONDE SE ENCONTRARAN LOS "GENES" NECESARIOS: ¿EN ALGUNA ESTRUCTURA FIJA O EN LA DISPUTA INSTITUCIONALIZADA POR LA IDENTIFICACION DE ANTIGENOS Y LA ELABORACION DE LOS ANTICUERPOS QUE FAVORECEN LA PERPETUACION DE LOS VALORES DEL SISTEMA?
Fotografía de J.Ramón Ladrá
La entrevista completa al Nobel puede consultarse aquí
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