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Sunday, April 15, 2018

EN LA HORA PROPICIA



"Nadie se ha sentido nunca más honrado que yo por el carácter de sus progenitores"

HDT 

 

Para el alma que siente, el universo tiene fijada su propia medida. Que es también la del alma, y así como el pulso regular es inseparable de un cuerpo saludable, así la salud depende de la regularidad del ritmo del alma. En todos los sonidos conoce el alma su propio ritmo y busca expresar su simpatía por un movimiento de correspondencia de sus extremidades. Cuando el cuerpo marcha con la medida del alma, entonces hay verdadero coraje y vigor invencible.
HDT
 Diario 9 de Diciembre de 1839

 (Primera vez aquí el 27 de junio de 2009)



AFUERAS



Mejor que el páramo, mejor que lo áureo: no son afueras de ninguna urbe, ni de ningún castillo, ni de ningún paraíso. Anarquía topológica. Afueras sobre la tierra y bajo el cielo. No hay centro, sólo afueras. Afueras sin ningún núcleo dueño de la significación principal. ¿Y si la significación principal fuera precisamente la de afueras? Mejor no añorar ni centro ni plenitud; al contrario hay que apreciar la calidad de las afueras. Es verdad que el centro en cuanto centro puede organizar el territorio. En cambio, ¿qué punto de referencia tendremos en las afueras? Aquí parece que no podamos ordenar, dado que todo son afueras. Aun así, hay un significado de las afueras como tales. La condición del significado es la intemperie, y el significado mismo, el movimiento de amparar la vida de las personas. La intemperie y la disgregación de las afueras llevan a la resistencia y al amparo, pero he aquí que ambas no buscan preservar un tesoro incólume, sino cuidar la vulnerabilidad del ser humano, que es, además, presencia generadora. Se ampara la vulnerabilidad por ella misma, pero también se resiste con vistas a la generación y a la generosidad.








Escrita está la cifra del indulto:

Mengua su libertad aquel que olvida

Que es su propio recuerdo quien lo salva



J.M. Caballero Bonald (“En la hora propicia”, Las Horas Muertas (1959))



-¿Y cuánta verdad podemos soportar?



-“Toda. A la larga es lo único soportable. La lucidez no es gran cosa, pero no tenerla es todavía peor. Es como una casa de misericordia.”



(Joan Margarit, El País, sábado 2 de diciembre de 2006)

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