Debemos alegramos de que la vida no tenga sentido
predeterminado: no es éste un «descubrimiento terrible», sino, por el
contrario, «tranquilizador». Pues si efectivamente nuestra vida tuviera un
sentido predeterminado (que debiéramos descubrir), tendríamos que considerarnos
como una saeta lanzada por manos ajenas, es decir, tendríamos que tener de
nosotros mismos una visión que es incompatible con nuestra libertad.
(Gustavo Bueno, El sentido de la vida)
Incluso la muerte de los Amigos nos inspirará tanto
como sus vidas. Ellos dejarán consuelo a los que sufren como los ricos dejan
dinero para sufragar los gastos de sus funerales, y sus memorias serán
incrustadas con pensamientos sublimes y agradables, de la misma manera que los
monumentos de otros hombres se cubren de musgo; porque nuestros Amigos no
tienen ningún lugar en el camposanto.
HDT
(A week in
the Concord and Merrimack)
Esta vida no es para la queja sino para la satisfacción.
HDT
Carta a
Daniel Ricketson (4-11-1860)
(citas de HDT por primera vez aquí el 13 de junio de 2012)
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