LIcencia Creative Commons

Friday, August 10, 2012

SENTIDO DEL HUMOR, MEDIOCRIDAD


Uno de los aforismos del libro “Más árboles que ramas”:

“La selección cultural ha favorecido el sentido del humor para poder soportar el absurdo radical de nuestra existencia”

[279]

¿No debería decir?: “la selección cultural ha favorecido el sentido del humor para poder disfrutar del sentido del humor incluso en condiciones adversas (pero no demasiado adversas)”

Según Stevenson, Thoreau se distinguiría por su falta de sentido del humor. Esta entrada del Diario correspondiente al 8 de Agosto de 1856 contradice esta visión. Su traducción fue incluida en este blog en condiciones adversas, pero no demasiado adversas, el 16 de Septiembre de 2007.

Diario 8 de Agosto de 1856

Cuando volví, pensando en  vaciar mi canoa e ir a meditar al río,-pues las zanjas llenas y la hierba mojada prohibían otras rutas distintas de la carretera,-y esta es una ventaja de una canoa- supe con insatisfacción que el cerdo de mi Padre se había escapado. Había saltado fuera de su cochiquera en algún momento después del desayuno, aunque su cena estaba intacta. Aquí había una obligación desagradable e ineludible- un cerdo salvaje que no pesaba más que noventa y debía ser seguido, capturado y encerrado- un trabajo vespertino al menos (si tuviera suficiente suerte de realizarlo tan pronto) preparado para mí y bien distinto del que había anticipado. Me sentí decepcionado, es verdad, pero no podría ignorar el hecho ni eludir la obligación que se encontraba tan próxima. Cumple aquella obligación que se encuentra más próxima a tí. Le propuse a mi padre vender el cerdo que corría (en algún lugar) a un vecino que se había interesado en comprarlo, haciéndole una considerable reducción en el precio. Pero mi sugerencia no fue aceptada y todas las responsabilidades del caso regresaron a mí, porque yo podía correr más rápido que mi Padre.

Mi Padre me miró y yo dejé de mirar al río. Bueno, veamos si podemos seguir su rastro. Sí, ésta es la esquina por donde escapó, dando un salto. Gracias a la lluvia sus huellas son claras. Por aquí fue a lo largo del extremo del jardín, por encima de los melones, después a través de las judías y patatas, e incluso a lo largo de la entrada donde veo el rastro de su pezuña dividida (ungulado).Es extraño que no lo viéramos. Y aquí pasó bajo la puerta, atravesando la calle-¡qué desnudo debe haberse sentido!-hacia una zanja con hierba.¿Y dónde después?.¿Es de alguna utilidad ir a su caza sin haber ideado algún modo de capturarlo cuando lo hayas encontrado? ¿De qué sirve saber donde ha estado o incluso donde está?-Fue tan tímido el poco tiempo que lo tuvimos que nunca volverá; no se le puede tentar con un cubo de desperdicios.¡Quién sabe a cuantas millas de distancia se encuentra!.¡Quizás ha tomado el camino de regreso a Brighton u Ohio!. Como mucho, probablemente, solo tendremos la satisfacción de divisar la ágil bestia a lo lejos, de vez en cuando, a medida que trota con rapidez por los campos verdes y el maíz. Pero, ahora digo, ¿qué es lo que veo pasear deliberadamente por mitad de la calle a cuarenta cuerdas de distancia?. Es él. Como para torturarnos, para tentarnos a consumir la tarde sin más duda, se ofrece a sí mismo. Escarba un pie o dos y se echa sobre su vientre en mitad de la calle. Pero no pienses cogerlo desprevenido, tiene sus ojos vigilantes y también sus oídos. El ya ha sido perseguido. Abandona su lugar y mirándome se da la vuelta y corre calle abajo. Se mete en la entrada de una casa. Ahora, si pudiera cerrar la puerta detrás de él, el 99% del trabajo estaría hecho, pero ¡ah! me oye venir de lejos, anticipa el peligro, y con astucia y velocidad porcinas se escapa fuera.

Mi vecino trata de hacerle frente, delante de él; salta de un lado a otro de la calle, delante de él, pero la tercera vez el cerdo se anticipa y escapa. ¿Dónde está?, grita. "Es nuestro".Entra en el camino de entrada del vecino y cruza su propiedad. Parece que ya ha estado antes allí dos veces; conoce el camino;¡mira que trabajo ha hecho en su jardín de flores!.Debe ser aficionado a los bulbos. Nuestro vecino coge una flor alta con su raíz, la muestra a distancia. Está excitado por el cerdo, está interesado en la materia.¿Pero dónde ha ido ahora?.

El último vistazo que tuve de él fue cuando iba por el camino de las vacas; aquí están sus huellas de nuevo en el maizal, pero se pierden en la hierba. Le perdemos, golpeamos las ramas en vano, puede estar muy lejos. Pero escucha, oigo un gruñido. Sin embargo, durante media hora no veo a lo que gruñó. Por fin, encuentro huellas frescas a lo largo del río y de nuevo las pierdo. Cada vecino cuyo jardín atravieso me dice alguna anécdota acerca de cerdos huidos, o del intento de conducirlos, que no me animan. Una vez más cruza el jardín del primer vecino y se dice que está en la calle. Pero yo no estoy allí todavía; es una buena vía de escape. A lo lejos mis ojos se fijan en él de nuevo, después de tres cuartos de hora de separación. Allí trota con toda la calle para él y de nuevo se deja caer sobre su vientre en un charco. De nuevo, viéndome a veinte cuerdas de distancia comienza a deliberar, a considerar que camino quiero yo que tome, para ir por el opuesto. Hubo alguna posibilidad de conducirlo a lo largo del camino lateral, o mejor dejarlo ir por él, hasta que se deslizara bajo nuestra puerta de nuevo, ¿pero de qué serviría?.¿Cómo rodearlo y cogerlo si permanece a veinte cuerdas de distancia?.Nunca deja que el lado abierto del triángulo sea menor de doce cuerdas. Había un lugar donde una calle más estrecha giraba en ángulo recto con la calle principal, justo a la que da nuestra entrada, pero no pude conseguir que pasara delante. Entonces corrió por la calle estrecha, porque supo que no quería que lo hiciese; aunque la calle principal era ancha y abierta sin ningún viajero a la vista, siempre que trataba de hacerle pasar por delante de esta entrada, giraba invariablemente su cabeza porcina hacía mí, cambiándose de un lado a otro, y corriendo hacia arriba por la calle estrecha o hacia abajo por la calle principal, como si hubiera una barrera alta erigida delante de él. Pero realmente no es más obstinado que yo. No puedo sino respetar sus tácticas y su independencia. El será él y yo puedo ser yo. No es irrazonable porque me elude, sino sumamente razonable. Tiene una dura voluntad. Permanece sobre su idea. No hay una barrera en el camino allí donde un hombre prohíbe pasar, sino allí donde un hombre ha decidido no ir.¿No es superior al hombre por ello?.Una vez más va por la calle estrecha, delibera en una esquina, elige sabiamente para él y desaparece por una cerca abierta por el este. Se ha ido a frescos y nuevos pastos y jardines. Otros vecinos permanecen en sus entradas, simpatizando solo a medias, solamente observando: "una cosa desagradable de capturar", "tienes un trabajo en tus manos".Le pierdo de vista pero oigo que está lejos en un campo grande. Y allí tratamos de dejarle solo un rato, dándole distancia suficiente.

En este momento, un irlandés se enrola para ayudar."Yo puedo cogerlo", dice, con confianza Bonapartista. Cree que es un familiar cerdo irlandés. Su mujer está con él, con la cabeza descubierta, y su pequeño hijo de siete años. "Aquí Johnny, sal de ahí"(Al mayor ángulo posible con su propia dirección)."Oh, pero el no puede hacer nada"."Oh, pero yo solo quiero que me diga donde está, para no perderlo de vista".Michael pronto descubre que no es un cerdo irlandés y la ocupación de su mujer y su hijo terminan pronto. Diez minutos después estoy siguiéndole pacientemente paso a paso en un campo de maíz, con la ayuda de una hombre cercano, y entonces, jardín tras jardín, lejos hacia el este, y finalmente en la carretera, en el cementerio, pero sin ver ni oír nada. Uno sugiere un perro para seguirle. Padre está mientras tanto vendiéndolo al herrero, quien también trata de divisarlo.

Después de quince minutos de su desaparición por el este oigo que ha estado en el río a una distancia doble hacia el Norte, atravesando el terreno del primer vecino. Voy en esa dirección. Cruza la calle con mucha delantera, con Michael detrás. Evita una avenida. Yo permanezco en la divisoria, Michael en el otro extremo tratando de acorralarlo. Pero es una vana esperanza acorralarlo en una entrada. Veo abierta la puerta de la fábrica de carruajes."Déjale que entre, Flannery".Por una vez yo y el cerdo tenemos el mismo pensamiento: él entra y la puerta está cerrada. Es una gran granja llena de carruajes. La cuerda se consigue al final, las ventanas están cerradas por los carruajes a no ser que él los cruce. Está descansando tranquilamente sobre su vientre en la esquina más lejana, pensando cosas inexpresables.

Ahora la acción recomienza dentro de límites más estrechos. Embiste, embiste y embiste contra ruedas y guías. Es todo ojo y oído. Los chicos son enviados debajo de los carruajes para sacarlo de allí. El echa espuma por la boca y los disuade.

Al final es cogido por un momento contra el radio de una rueda y yo me agarro seguramente a su pata trasera. Chilla ensordecedoramente y se calla. Se ata la cuerda a una pata trasera. La puerta se abre y la conducción comienza. Haz rodar un huevo también. Lo puedes coger pero no lo puedes conducir. Pero está en el camino y otra tormenta atronadora nos da la bienvenida. Dejo a Michael con la cuerda en una mano y una vara en la otra y me voy a casa. Parece que consigue ir ligeramente hacia el oeste. Pero después de un largo rato miro, y compruebo que no hace sino un dudoso progreso. Un chico se encarga de hacerle frente con un palo y es solo cuando el cerdo va hacia el salvajemente que se consigue algún progreso. Será asesinado antes de ser conducido a casa. Consigo una carretilla y voy al rescate.

Michael está alarmado. El cerdo está furioso, le intenta morder. Lo atravesamos en la carretilla, lo sujetamos y así, al fin, lo llevamos a casa.

Si un cerdo como este se escapa, primero rastréalo si puedes o descubre dónde está. No le molestes más de lo que te pueda ayudar. Piensa en alguna entrada, edificio o espacio cerrado que pueda contenerlo y mostrando tus poderes- como si se tratara de partes no interesadas- a una distancia de quince o veinte cuerdas, permítele entrar en él. Entonces cierra la puerta despacio. Acorrálalo, átalo y ponlo sobre una carretilla.

Todo el progreso en la conducción se hizo haciéndole frente e intentando alejarlo de casa. Se enfrentó y encaminó en la dirección deseada. Cuando me aproximé con la carretilla avanzó para abordarla con determinación.

Así llegué a casa al anochecer, calado y sin cenar, cubierto de barro y grasa de ruedas, sin ningunas flores raras.

HDT

(Traducción Guillermo Ruiz)

 
Otras entradas, no escogidas al azar, contenidas en el libro de Wagensberg:

“La mediocridad no es un don natural sino una actitud que se cultiva ignorando cualquiera de los talentos que todo individuo lleva dentro”

[258]

“Cree el buen mediocre que el talento y el esfuerzo personal  son cualidades de gran interés, pero solo para personas subordinadas”

[262]

“Cree el buen mediocre que nadie es insustituible”

[263]

“Toda empresa humana triunfa y se mantiene a golpe de esfuerzo y talento, y se derrumba por un fallo del sistema inmunitario, que lucha contra el bombardeo incesante de la mediocridad ambiental”

[268]

Thoreau es un antimediocre


¿Qué es el canto de los pájaros, o cualquier sonido natural, comparado con la voz de uno que amamos?

What is the singing of birds, or any natural sounds, compared with the voice of one we love?

HDT

Diario 30 de Abril de 1851


No comments: