Considerada como agua, es como una laguna con media docena de amplios y redondeados promontorios extendiéndose hasta casi el centro en la mitad de cada lado, con sus bahías de agua que penetran lejos en la tierra, puntiagudos fiordos en la terminación de cada uno de los cuales varias corrientes estrechas se llenan-casi un archipiélago foliar.
Pero más a menudo sugiere la tierra, y como Dionisio y Plinio compararon la forma de Morea a la de la hoja del árbol Oriental –Plane, así esta hoja me recuerda alguna isla salvaje en el océano, cuya extensa costa, con alternadas bahías redondeadas con suaves playas, puntiagudos y rocosos cabos, la marcan como adecuada para ser morada del hombre y convertirse al fin en un lugar de civilización. Para el ojo del marinero es una costa muy indentada.¿No es, de hecho, una playa para el océano aéreo, sobre la que la espuma del viento golpea?.A la vista de esta hoja todos nosotros somos marineros- si no vikingos, bucaneros y filibusteros. Tanto nuestro deseo de reposo como nuestro espíritu de aventura son estimulados. En nuestro vistazo más casual, quizás pensamos que, si tenemos éxito en doblar estos cabos puntiagudos, encontraremos profundos, suaves y seguros puertos en las amplias bahías.¡Qué diferente de la hoja del Roble Blanco con sus redondeados promontorios terrestres en los cuales ningún faro debe ser colocado!.Esta es una Ingla-terra, con su larga historia civil, que puede ser leída. Aquélla es una todavía no ocupada Isla Recientemente descubierta (New-found Island) o Célebes.¿Iremos y seremos rajas allí?.
Hacia el 26 de Octubre los grandes Robles Escarlatas están en su principio, cuando otros robles están usualmente sin hojas. Han estado encendiendo sus fuegos durante una semana y ahora generalmente estallan en una llama. De nuestros árboles caducifolios nativos, solo éste (excepto el Dogwood, de los que no conozco media docena y no son sino grandes arbustos) está ahora en su gloria. Los dos Aspens y los Arces de azúcar son los más próximos a él en la fecha, pero han perdido la mayor parte de sus hojas. De las coníferas, solo el Pitch-Pine está a menudo todavía brillante.
Pero exige una alerta especial, si no devoción a estos fenómenos, apreciar la ampliamente distribuida pero tardía e inesperada gloria de los Robles Escarlatas. No hablo aquí de los pequeños árboles y arbustos, que son observados corrientemente, y que están ahora desnudos, sino de los grandes árboles. La mayoría se retira y cierra sus puertas creyendo que el rudo y descolorido Noviembre ha llegado, cuando algunos de los colores más brillantes y memorables no están todavía encendidos.
Este ejemplar muy perfecto y vigoroso, de cerca de 40 pies de alto, erguido en un pastizal abierto, que tenía un brillo bastante verde el día 12, cambió completamente a un oscuro y brillante escarlata- como si cada hoja entre ti y el sol hubiera sido sumergida en un tinte escarlata. El árbol entero es casi como un corazón, tanto en su forma como en su color.¿No merecía la pena esperar por ello?.Poco podías sospechar, hace diez días, que aquel árbol verde y frío asumiría un color como éste. Sus hojas están todavía firmemente sujetas, mientras las de otros árboles están cayendo a su alrededor-“Soy el último en enrojecer, pero enrojezco más profundamente que cualquiera de vosotros. Traigo al último en mi abrigo rojo. Nosotros los escarlatas somos los únicos robles que no hemos abandonado la lucha”.
El Roble Escarlata pide un cielo claro y la brillantez de los últimos días de Octubre. Estos traen sus colores. Si el sol se oculta tras una nube, son comparativamente indistinguibles. Cuando me siento sobre un risco en la parte sur de nuestra villa, el sol desciende y el bosque en Lincoln, al sur y al este mío, es encendido por sus rayos más nivelados. Y en los Robles Escarlatas, dispersos uniformemente por el bosque, hay un rojo más brillante que el que yo creía que había en ellos. Cada árbol de esta especie que es visible en estas direcciones, incluso hasta el horizonte, se yergue con un rojo destacado. Algunos grandes elevan sus altas espaldas rojas sobre los bosques, en la villa próxima, como rosas enormes con una miríada de finos pétalos, y algunos más pequeños, en un pequeño conjunto de Pinos Blancos sobre Pine Hill en el este, en el mismo límite del horizonte, alternando con los pinos en el límite del bosque, y respaldándolos con sus abrigos rojos, parecen soldados rojos entre cazadores de verde. Esta vez, Lincoln es también verde. Hasta que el sol descendió, no creí que hubiera tantos abrigos rojos en el ejército del bosque. El suyo es un rojo intenso y ardiente, que perdería algo de su fuerza, creo, con cada paso que pudieras dar hacia ellos, porque la sombra que permanece entre su follaje no se muestra a esta distancia, y son unánimemente rojos. El foco de su color reflejado está en esta parte lejos en la atmósfera. Cada árbol llega a ser un núcleo de rojo, como si fuera donde, con el sol declinando, dicho color crece y brilla. Es en parte fuego prestado, recolectando fuerza del sol en su ruta hasta nuestro ojo. Solo tiene unas hojas comparativamente apagadas como punto de reagrupamiento o materia de ignición, para empezar y alcanzar después un escarlata intenso o vapor rojo, o fuego, que encuentra el combustible de sí mismo en la misma atmósfera. Tan vivo es el fuego. Los mismos raíles reflejan una luz rosa en esta hora y estación. Ves un árbol más rojo que el que existe.
Si quieres contar los Robles Escarlatas, hazlo ahora. En un día claro permanece en la cima de una colina en los bosques, cuando el sol está una hora alto, y cada uno al alcance de tu vista, excepto en el Oeste, será revelado. En otro caso, podrías vivir hasta la edad de Matusalén y no registrar una décima parte de ellos. Aún así, algunas veces, incluso en un día oscuro, los he juzgado tan brillantes como siempre los ví. Mirando a poniente sus colores se pierden en una llama de luz, pero en otras direcciones el bosque entero es un jardín de flores, en el cual estas rosas tardías arden, alternando con el verde, mientras los así llamados “jardineros”, caminando aquí y allá, quizás debajo, con pala y tetera, ven solo unos pequeños asters entre hojas caídas. Estos son mis aster-chinos, mis últimas flores de jardín. No me cuestan nada como jardinero. Las hojas que caen sobre todo el bosque están protegiendo las raíces de mis plantas. Mira solo a lo que está para ser visto y tendrás bastante jardín, sin cavar el suelo en tu terreno. Solo tenemos que elevar nuestra visión un poco para ver el bosque entero como un jardín.¡El florecimiento del Roble Escarlata-la flor del bosque , sobrepasando a todo en esplendor (al menos desde el Arce)!.No lo sé pero me interesan más que los Arces, están tan amplia y uniformemente dispersos a través del bosque, son tan duros, un árbol más noble en su conjunto; nuestra principal flor de Noviembre, abrazando la llegada del invierno con nosotros, impartiendo calidez a los proyectos tempranos de Noviembre.
Pero más a menudo sugiere la tierra, y como Dionisio y Plinio compararon la forma de Morea a la de la hoja del árbol Oriental –Plane, así esta hoja me recuerda alguna isla salvaje en el océano, cuya extensa costa, con alternadas bahías redondeadas con suaves playas, puntiagudos y rocosos cabos, la marcan como adecuada para ser morada del hombre y convertirse al fin en un lugar de civilización. Para el ojo del marinero es una costa muy indentada.¿No es, de hecho, una playa para el océano aéreo, sobre la que la espuma del viento golpea?.A la vista de esta hoja todos nosotros somos marineros- si no vikingos, bucaneros y filibusteros. Tanto nuestro deseo de reposo como nuestro espíritu de aventura son estimulados. En nuestro vistazo más casual, quizás pensamos que, si tenemos éxito en doblar estos cabos puntiagudos, encontraremos profundos, suaves y seguros puertos en las amplias bahías.¡Qué diferente de la hoja del Roble Blanco con sus redondeados promontorios terrestres en los cuales ningún faro debe ser colocado!.Esta es una Ingla-terra, con su larga historia civil, que puede ser leída. Aquélla es una todavía no ocupada Isla Recientemente descubierta (New-found Island) o Célebes.¿Iremos y seremos rajas allí?.
Hacia el 26 de Octubre los grandes Robles Escarlatas están en su principio, cuando otros robles están usualmente sin hojas. Han estado encendiendo sus fuegos durante una semana y ahora generalmente estallan en una llama. De nuestros árboles caducifolios nativos, solo éste (excepto el Dogwood, de los que no conozco media docena y no son sino grandes arbustos) está ahora en su gloria. Los dos Aspens y los Arces de azúcar son los más próximos a él en la fecha, pero han perdido la mayor parte de sus hojas. De las coníferas, solo el Pitch-Pine está a menudo todavía brillante.
Pero exige una alerta especial, si no devoción a estos fenómenos, apreciar la ampliamente distribuida pero tardía e inesperada gloria de los Robles Escarlatas. No hablo aquí de los pequeños árboles y arbustos, que son observados corrientemente, y que están ahora desnudos, sino de los grandes árboles. La mayoría se retira y cierra sus puertas creyendo que el rudo y descolorido Noviembre ha llegado, cuando algunos de los colores más brillantes y memorables no están todavía encendidos.
Este ejemplar muy perfecto y vigoroso, de cerca de 40 pies de alto, erguido en un pastizal abierto, que tenía un brillo bastante verde el día 12, cambió completamente a un oscuro y brillante escarlata- como si cada hoja entre ti y el sol hubiera sido sumergida en un tinte escarlata. El árbol entero es casi como un corazón, tanto en su forma como en su color.¿No merecía la pena esperar por ello?.Poco podías sospechar, hace diez días, que aquel árbol verde y frío asumiría un color como éste. Sus hojas están todavía firmemente sujetas, mientras las de otros árboles están cayendo a su alrededor-“Soy el último en enrojecer, pero enrojezco más profundamente que cualquiera de vosotros. Traigo al último en mi abrigo rojo. Nosotros los escarlatas somos los únicos robles que no hemos abandonado la lucha”.
El Roble Escarlata pide un cielo claro y la brillantez de los últimos días de Octubre. Estos traen sus colores. Si el sol se oculta tras una nube, son comparativamente indistinguibles. Cuando me siento sobre un risco en la parte sur de nuestra villa, el sol desciende y el bosque en Lincoln, al sur y al este mío, es encendido por sus rayos más nivelados. Y en los Robles Escarlatas, dispersos uniformemente por el bosque, hay un rojo más brillante que el que yo creía que había en ellos. Cada árbol de esta especie que es visible en estas direcciones, incluso hasta el horizonte, se yergue con un rojo destacado. Algunos grandes elevan sus altas espaldas rojas sobre los bosques, en la villa próxima, como rosas enormes con una miríada de finos pétalos, y algunos más pequeños, en un pequeño conjunto de Pinos Blancos sobre Pine Hill en el este, en el mismo límite del horizonte, alternando con los pinos en el límite del bosque, y respaldándolos con sus abrigos rojos, parecen soldados rojos entre cazadores de verde. Esta vez, Lincoln es también verde. Hasta que el sol descendió, no creí que hubiera tantos abrigos rojos en el ejército del bosque. El suyo es un rojo intenso y ardiente, que perdería algo de su fuerza, creo, con cada paso que pudieras dar hacia ellos, porque la sombra que permanece entre su follaje no se muestra a esta distancia, y son unánimemente rojos. El foco de su color reflejado está en esta parte lejos en la atmósfera. Cada árbol llega a ser un núcleo de rojo, como si fuera donde, con el sol declinando, dicho color crece y brilla. Es en parte fuego prestado, recolectando fuerza del sol en su ruta hasta nuestro ojo. Solo tiene unas hojas comparativamente apagadas como punto de reagrupamiento o materia de ignición, para empezar y alcanzar después un escarlata intenso o vapor rojo, o fuego, que encuentra el combustible de sí mismo en la misma atmósfera. Tan vivo es el fuego. Los mismos raíles reflejan una luz rosa en esta hora y estación. Ves un árbol más rojo que el que existe.
Si quieres contar los Robles Escarlatas, hazlo ahora. En un día claro permanece en la cima de una colina en los bosques, cuando el sol está una hora alto, y cada uno al alcance de tu vista, excepto en el Oeste, será revelado. En otro caso, podrías vivir hasta la edad de Matusalén y no registrar una décima parte de ellos. Aún así, algunas veces, incluso en un día oscuro, los he juzgado tan brillantes como siempre los ví. Mirando a poniente sus colores se pierden en una llama de luz, pero en otras direcciones el bosque entero es un jardín de flores, en el cual estas rosas tardías arden, alternando con el verde, mientras los así llamados “jardineros”, caminando aquí y allá, quizás debajo, con pala y tetera, ven solo unos pequeños asters entre hojas caídas. Estos son mis aster-chinos, mis últimas flores de jardín. No me cuestan nada como jardinero. Las hojas que caen sobre todo el bosque están protegiendo las raíces de mis plantas. Mira solo a lo que está para ser visto y tendrás bastante jardín, sin cavar el suelo en tu terreno. Solo tenemos que elevar nuestra visión un poco para ver el bosque entero como un jardín.¡El florecimiento del Roble Escarlata-la flor del bosque , sobrepasando a todo en esplendor (al menos desde el Arce)!.No lo sé pero me interesan más que los Arces, están tan amplia y uniformemente dispersos a través del bosque, son tan duros, un árbol más noble en su conjunto; nuestra principal flor de Noviembre, abrazando la llegada del invierno con nosotros, impartiendo calidez a los proyectos tempranos de Noviembre.
HDT
(traducción Guillermo Ruiz)
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