DIARIO 11 DE NOVIEMBRE DE 1850
Ahora es la temporada de las manzanas salvajes. Las recojo como fruta nativa y salvaje de esta parcela de tierra, fruto de los árboles viejos que han estado muriendo desde que yo fui un niño y que todavía no están muertos. De la apariencia del árbol no esperaría que nada distinto de líquenes cayera de él, pero debajo tu fe es recompensada al encontrar el suelo rociado con fruta vigorosa. Frecuentado solo por el leñador, abandonado ahora por el granjero, que no tiene fe suficiente para mirar bajo las ramas. Comida para caminantes. Algunas veces tienen el interior rojo, perfundido con un bello tinte, comida encantada, demasiado bella para ser devorada-manzana del cielo de la tarde, de las Hespérides.
Esta tarde oigo cantar a un grillo solitario, gorjeando en un bancal. El único que he oído hace mucho. Como una ardilla o un pequeño pájaro, claro y cortante- imaginado por mí como un petirrojo de la tarde, cantando en esta tarde del año. Una melodía fina y poética para tal pequeño cantor. Nunca antes oí al grillo tan próximo al sonido de un pájaro. Es una nota destacable. La canción de la tierra.
Aquella delicada, ondulante y aérea hierba seca que vi ayer debe ser recordada con el otoño-las hierbas secas no están muertas para mí. Una bella forma tiene tanta vida en una estación como en otra.
El dandelion (taraxacum officinale) otoñal está todavía brillante.
Ví un viejo hueso en los bosques cubierto con liquen, que parecía el hueso de un antiguo habitante, el cual todavía había sido roído recientemente por un pequeño animal, y claramente distinguí las marcas de sus dientes. Tan infatigable es la naturaleza para descarnar los huesos y convertirlos en polvo. Ningún animal salvaje que deambula puede pasar de largo ante un hueso seco y antiguo sino que debe volver y probar sus dientes sobre él. Un hueso viejo es machacado hasta que se convierte en polvo. La Naturaleza no tiene ninguna compasión de él. Era demasiado viejo para suscitar asociaciones desagradables. Era como un trozo de raíz seca de pino. Sobrevive como la memoria de un hombre. Con el tiempo todo lo que fue personal y ofensivo se desprende.
Ahora es la temporada de las manzanas salvajes. Las recojo como fruta nativa y salvaje de esta parcela de tierra, fruto de los árboles viejos que han estado muriendo desde que yo fui un niño y que todavía no están muertos. De la apariencia del árbol no esperaría que nada distinto de líquenes cayera de él, pero debajo tu fe es recompensada al encontrar el suelo rociado con fruta vigorosa. Frecuentado solo por el leñador, abandonado ahora por el granjero, que no tiene fe suficiente para mirar bajo las ramas. Comida para caminantes. Algunas veces tienen el interior rojo, perfundido con un bello tinte, comida encantada, demasiado bella para ser devorada-manzana del cielo de la tarde, de las Hespérides.
Esta tarde oigo cantar a un grillo solitario, gorjeando en un bancal. El único que he oído hace mucho. Como una ardilla o un pequeño pájaro, claro y cortante- imaginado por mí como un petirrojo de la tarde, cantando en esta tarde del año. Una melodía fina y poética para tal pequeño cantor. Nunca antes oí al grillo tan próximo al sonido de un pájaro. Es una nota destacable. La canción de la tierra.
Aquella delicada, ondulante y aérea hierba seca que vi ayer debe ser recordada con el otoño-las hierbas secas no están muertas para mí. Una bella forma tiene tanta vida en una estación como en otra.
El dandelion (taraxacum officinale) otoñal está todavía brillante.
Ví un viejo hueso en los bosques cubierto con liquen, que parecía el hueso de un antiguo habitante, el cual todavía había sido roído recientemente por un pequeño animal, y claramente distinguí las marcas de sus dientes. Tan infatigable es la naturaleza para descarnar los huesos y convertirlos en polvo. Ningún animal salvaje que deambula puede pasar de largo ante un hueso seco y antiguo sino que debe volver y probar sus dientes sobre él. Un hueso viejo es machacado hasta que se convierte en polvo. La Naturaleza no tiene ninguna compasión de él. Era demasiado viejo para suscitar asociaciones desagradables. Era como un trozo de raíz seca de pino. Sobrevive como la memoria de un hombre. Con el tiempo todo lo que fue personal y ofensivo se desprende.
HDT
(traducción Guillermo Ruiz)
La analogía final entre el hueso y la memoria de esta entrada del diario de Thoreau es poderosa.Primero porque la memoria procedería en su origen de la memoria de los restos preservados o inhumados y luego porque también la memoria, como tejido de sostén, está sujeta a la renovación y al perecimiento.Con todo, sin "memoria" no puede haber cultura humana.El desprendimiento de lo personal y ofensivo no equivale a perecimiento.El hueso sobrevive como la memoria y la memoria sobrevive como el hueso.
Los párrafos previos son una articulación entre la memoria inmediata (las manzanas salvajes, el canto del grillo, las hierbas y el dandelion) y la memoria retrógrada (las manzanas sagradas) o elaborada (el canto del grillo como canto próximo al petirrojo, las formas que no están muertas fuera de su estación).
El tema también se trata en "A week ..." y esta relacionado con Virgilio:
Los párrafos previos son una articulación entre la memoria inmediata (las manzanas salvajes, el canto del grillo, las hierbas y el dandelion) y la memoria retrógrada (las manzanas sagradas) o elaborada (el canto del grillo como canto próximo al petirrojo, las formas que no están muertas fuera de su estación).
El tema también se trata en "A week ..." y esta relacionado con Virgilio:
"Es de destacar que los muertos yacen por doquier bajo las lápidas,-“strata jacent passim suo quaeque sub lapide- corpora- (los cuerpos), podríamos decir, si la rima lo permitiera. ("A week ....)
"Strata jacent passim sua quaeque sub arbore poma", pertenece a Virgilio (EglogaVII)
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