DIARIO 22 DE AGOSTO DE 1851
Es una carencia de algunos escritores excelentes-las primeras impresiones de De Quincey al ver Londres me lo sugieren-que se expresan por ellos mismos con demasiada completud y detalle. Dan el más fidedigno, natural y vivo registro de sus sensaciones, físicas y mentales, pero carecen de moderación y carácter sentencioso. No nos afectan por una sabiduría inefectiva y una reserva de sentido, como un tartamudeo, sino que dicen todo lo que pretenden. Sus expresiones no son concentradas y seminales. Expresiones que sugieren mucho más de lo que dicen, que tienen una atmósfera alrededor, que no informan meramente de una impresión pasada sino que producen una nueva impresión. Expresiones que sugieren tantas cosas y son duraderas como un acueducto Romano. Fraguar estas expresiones es el arte de escribir. Expresiones que son costosas, hacia las que fluyeron tantos libros y tanta vida, que yacen como rocas sobre la página, arriba y abajo o a través, que contienen las semillas de otras expresiones, no mera repetición sino creación. Si De Quincey hubiera sugerido cada una de sus páginas en una frase y hubiera continuado, hubiera sido un escritor mucho mejor.
HDT
Es una carencia de algunos escritores excelentes-las primeras impresiones de De Quincey al ver Londres me lo sugieren-que se expresan por ellos mismos con demasiada completud y detalle. Dan el más fidedigno, natural y vivo registro de sus sensaciones, físicas y mentales, pero carecen de moderación y carácter sentencioso. No nos afectan por una sabiduría inefectiva y una reserva de sentido, como un tartamudeo, sino que dicen todo lo que pretenden. Sus expresiones no son concentradas y seminales. Expresiones que sugieren mucho más de lo que dicen, que tienen una atmósfera alrededor, que no informan meramente de una impresión pasada sino que producen una nueva impresión. Expresiones que sugieren tantas cosas y son duraderas como un acueducto Romano. Fraguar estas expresiones es el arte de escribir. Expresiones que son costosas, hacia las que fluyeron tantos libros y tanta vida, que yacen como rocas sobre la página, arriba y abajo o a través, que contienen las semillas de otras expresiones, no mera repetición sino creación. Si De Quincey hubiera sugerido cada una de sus páginas en una frase y hubiera continuado, hubiera sido un escritor mucho mejor.
HDT
(Traducción Guillermo Ruiz)
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