Y ERA COMO SI NO TUVIESE CAUSA ALGUNA: Me encontraba en una a pequeña iglesia que pertenecía a los días en que Grecia fue parte del Imperio Bizantino. Para mi sorpresa, me sentía ...
Para mi sorpresa, me sentía más acogido en esta pequeña iglesia que en el Partenón o en cualquiera de los otros edificios de la época Pagana. Me dí cuenta que la mirada Cristiana tenía más atracción sobre mí de la que había imaginado. Esa atracción no era sobre mis creencias sino sobre mis sentimientos.Me pareció que donde los Griegos diferían del mundo moderno era principalmente en la ausencia de un sentido del pecado, y reparé con cierto asombro que yo mismo estaba profundamente afectado por este sentido en mis sentimientos aunque no en mis creencias.
Bertrand Russell (Autobiography,”At home and abroad”, page 561. Traducción del autor)
PERO PARA QUÉ , preguntó alguien en su interior, y esa pregunta lo atravesó como un rayo, pero no el rayo de la toma de conciencia, sino de la vergüenza porque se avergonzaba de que hubiese ocurrido así, de que Cristo estuviese allí, y fuese un huérfano en el sentido más pleno y terrible de la palabra, allí está Cristo, EFCTIVAMENTE, pero ya nadie lo necesita… el tiempo pasó por encima de él, el tiempo ha pasado, y ahora se despide, ahora abandona esta Tierra, pensó aterrado al oír estas frases en su mente y, Dios mío, qué otras frases, qué otras frases espantosas …(…) pero no sabía que él jamás saldría de ese edificio
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