"Hay algo en la conciencia de los ilustrados que no les permite soportar la noción de la superioridad moral de los demás.Se resignan a la existencia de un primer secretario del partido o de un führer como si fueran un mal necesario, pero cuestionarían ansiosamente a un profeta. Presumiblemente eso es así porque ser considerado un esclavo resulta menos descorazonador que enterarte de que eres un cero a la izquierda.Después de todo no se debería pegar a un perro apaleado.Y sin embargo, un profeta pega a un perro caído no para acabar con él, sino para ponerlo otra vez de pie.La resistencia a estos golpes, el cuestionamiento de las afirmaciones y acusaciones de un escritor, no surgen del deseo de verdad, sino de la suficiencia intelectual de la esclavitud.En este caso, lo peor para los ilustrados no es que la autoridad sea moral sino también cultural, como fue el caso de Nadiezhda Mandelstam."
(Joseph Brodsky, Prólogo (1981) a "Contra toda esperanza", de Nadiezhda Mandelstam)
O científica, o histórica ...
Los labios de Ossip Mandelstam -y de Luc Montagnier, y de Djokovic...- se mueven todavía ... solo la suficiencia intelectual de la esclavitud continúa sin verlos ni oírlos
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