ELEGÍA DEL AÑO NUEVO (1/01/2021)
1.
Para estar en casa sobre su suelo natal
La mente debe descender por debajo de su horizonte,
Descender por debajo de la luz
Sobre la colina y el alto y el fondo del valle
Para recibir las vidas de los muertos. Debe despertar
En su sueño, quien despierta en sus ensoñaciones.
“¿Quién está aquí?” Sobre el camino de roca
Entre el arroyo y los bosques en el otoño del año.
Permanecí y escuché. Oí los gritos
De pequeños pájaros altos en el viento.
Y entonces el sonido de antiguos pasos
Me rodeó, y mi visión cambió.
Pasé a través de las lentes de la oscuridad
Como a través de un surco, y los muertos
Buscaron para encontrarme. Me conocían,
Pero miraban maravillados a las líneas en mi cara
Los cabellos blancos esparcidos sobre mi cabeza.
Vi un viejo, alto inclinado
Sobre un callado, su mano abierta
Alzada con alguna orden fiera,
Conocimiento de largo trabajo en sus ojos;
Otro con apariencia más grata,
Sonriendo bajo el ala de un sombrero sudado
Dándome la bienvenida como antes.
Vi una vieja mujer, una ahorradora
De pequeñas cosas, cuya pena solitaria
Fue lo primero que conocí, inclinada
Con edad y dolor, cuyas manos ocupadas
Trabajaron una entrega de amor.
Estos fueron mis maestros. Y había más
Amados por su rostro y nombre, quienes usaron
La sustancia de nuestro suelo común
Sus ojos, habiendo sufrido todo sufrimiento, estaban claros.
2.
Vi uno aparte, solo,
Cansancio en sus hombros, sus ojos
desconcertados todavía con la novedad
De su muerte. En mi dolor sentí,
Como muchas veces antes, gratitud
Al verle. “Owen”, dije.
Se volvió, alzo, movió su mano
Le alcancé un puñado de tierra
Recogido de un cierto campo bien conocido.
El la presionó en su palma y habló:
“Wendell, este no es un lugar
Para ti y para mí”. Y entonces sonrió:
Reconocimos su terquedad
Era su principio dudar
De cualquier atisbo de satisfacción.
“El grano está en el granero”, dije yo,
“la helada matutina ha llegado a los campos,
Y he vuelto para aceptar,
Si puedo, lo que ninguno de nosotros pudo prevenir”
El permaneció, recordando, sopesando el coste
De la división a la que habíamos llegado,
Sus dedos descansando en la tierra
Que sostenía ligeramente amontonada en su palma.
Me pareció que se desprendía
De su propia confusión, y asumía
Por una última vez, en una última amabilidad,
La obligación del hombre más viejo.
Meneó su cabeza. “El deseo que tuve
En la mañana y en primavera,
Nunca lo gasté. Tendría
El deseo, si hubiera tenido la fuerza.
Pero escucha- lo que preparamos
Tener, lo tenemos.”
Alzó sus ojos
“Mira”, dijo
3.
Estamos en un alto,
Los bosques sobre nosotros y debajo
Sobre una pendiente a medio segar nos vimos
Como fuimos una vez: un hombre joven segando,
Un niño buscando con un hacha.
Era un antiguo campo abandonado,
Hace tiempo poblado con brezos y tocones,
Lo limpiamos en el vapor caluroso
De la mitad de aquel verano: el, orgulloso
De la inteligencia del terreno aclarado,
Y yo, orgulloso en su alabanza.
“Yo quiero”, dije, “que nosotros podamos volver
A este buen tiempo de nuevo”
“Nosotros estamos de vuelta allí, hoy
Y siempre. ¿En dónde estaríamos si no?”
Sonrió, me miró y supe
Que me condujo a través de mi mente.
Habló de alguna infinitud
De pensamiento.
Me llevó a otra
Colina más allá de otros bosques,
Iluminada solo por las estrellas. Más viejos
Ahora, el hombre y el niño tumbados
Sobre sus espaldas en la profunda hierba, tranquilamente
Hablando. En la distancia se movía
El latido de un sabueso con voz profunda.
Otras voces se unieron a aquella:
Otro lugar, un tiempo posterior,
Un fuego de caza entre los árboles,
Caras vueltas a la llama, risa
Y después silencio, mientras en la oscuridad
A nuestro alrededor yacían largos alientos de sueño.
4.
Y entonces, uno por uno, me llevó
A través de todos los campos de nuestras vidas,
Preparativos, plantaciones, cosechas,
Cuadrillas bromeando en el final de las hileras,
El recipiente con el agua pasando como un beso.
Habló de nuestra historia pasando a través nuestro,
La forma en que las generaciones de nuestras familias
Se cruzaban, la gran enseñanza
Viniendo por obra de la compañía:
Caracteres de campos y tiempos y hombres,
Cualidades de devoción y de trabajo-
Fascinaciones sin fin, pasiones
Antiguas como la mente, nuevas como la luz.
Todos nuestros años alrededor, cercanos,
Lo vi furioso y exigente,
Como la mayoría de los hombres, y vi la virtud
Que le hizo distinto de la mayoría.
Fue su pasión de atender
A la condición del Otoño-
De vivir por el sudor de su rostro, de comer
Su pan, seguro de que su coste se había pagado.
5.
Llegamos entonces a este tiempo de pena,
Cuando la luz temprana de la mañana mostró,
como siempre, el mundo dulce, y todo
Lo que hábiles y bien intencionados hombres
Eran capaces por la noche, y su fuerza fracasando
Antes de la luz. Su cuerpo comenzó
Demasiado pronto su viaje hacia la tierra,
Lleno de gravedad, y aun así su mente
Mantuvo su vieja vía.
De nuevo, en el sol,
de su última cosecha, le oí decir:
“¿Quieres hacer tú esta fila,
Y dejarme hacerte sitio a ti?
Vi el mundo delante de él
Por primera vez, y lo vi
Como él ya lo había visto,
Sin él. Fue una visión
Que no podría tener sin llorar.
Me alcanzó y me habría tocado
Con sus manos, aunque no pudiera.
6.
Finalmente, me llevó a una colina
Sobre los campos que una vez
Le pertenecieron, a los que una vez
Perteneció. “Mira”, dijo de nuevo
Supe que quería que viera
Los años de cuidado que aquel lugar tuvo,
Porque su historia depositó sobre él un florecimiento
Una bendición
El tiempo y el lugar tan próximos,
Nosotros éramos casi los hombres que contemplábamos.
El final del verano cantó en la luz
Hablamos de la muerte y la obligación
De la brevedad de las cosas y los hombres.
Las palabras nunca se movieron tan pesadas
Entre nosotros, o nos costaron más. Callados
Y aquel hombre que tenía la muerte
En él, y lo sabía, tranquilamente dijo:
“Bien. Es un mundo fascinante,
Después de todo”.
Su vida tan poderosamente
Estuvo allí en presencia de su lugar
Y trabajo y tiempo, que yo no podía
Comprender sino con pesar
Que solo su espíritu hablaba ahora conmigo.
En la misma hora que murió, le dije,
Antes de conocer su muerte, el pensamiento
De los años por venir que me había llegado
Como una llamada. Pensé en la curación,
Salud, amistad continuada,
Reunión de generaciones, nuestros buenos tiempos
Alcanzando el mejor de todos.
7.
Mi mente se sobrecargó con cuestiones
Que no podía proferir. Me pareció
Que habíamos regresado ahora al oscuro
Valle donde nuestra jornada comenzó
Pero una inteligencia brillante
Estaba en su cara. La visión interior le movía
Como una vez le movió la luz del día.
Los mejores maestros enseñan más
De lo que saben. Por sus muertes
Enseñan más. Nos conducen más allá
De lo que sabemos, y de lo que supieron.
Así mi maestro. Mi viejo amigo
Permaneció sonriendo delante de mí, plenamente
Movido por lo que le había movido en parte
En el mundo.
De nuevo la compañía de los muertos
Nos rodeó, como en una danza.
Y fui consciente ahora de los no nacidos
Moviéndose entre ellos. Cuando se volvían
Pude ver sus cuerpos venir a la luz
Y desaparecer de nuevo en la multitud oscura.
Se movían hacia una distante o suspendida
Canción que intentaba pero no podía oír.
“Nuestro camino no tiene fin”, dijo mi maestro
“El Creador está dividido en la Creación
Por las alegrías del reconocimiento. Nosotros conocimos
Aquel Espíritu en cada uno una vez;
Nos trae aquí. Por sus divisiones
Y regresos, el mundo vive
Ambas la mente y la tierra están hechas
de lo que su luz da y usa.
Así contiene alegría, sobrevive a su coste.
La muerte abraza, como el dolor sabe.
Somos lo que hemos perdido.”
Hay una canción en la Creación
Ha sido siempre el regalo
De cualquier voz dotada, aunque nadie
La cantó. Cuando él habló
Yo oí aquella voz. En sus cambios y retornos
Su vida estaba pasando a la vida.
En aquel instante, tierra y canción y mente,
Los vivos y los muertos se unieron.
8.
Al fin, completo en su descanso,
Como uno que ha trabajado y se ha bañado, alimentado
Amado y dormido, dejó caer
Aquella amada tierra que yo le había traído.
Alzó su mano y me devolvió a mi camino.
Y yo, heredero de lo que perdí,
Volví de regreso a la luz del día.
WB (from The Wheel, 1982)
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