DINERO VERSUS BIENES FUE PUBLICADO POR WENDELL BERRY EN DOS PARTES EN THE PROGRESSIVE: "INVERTING THE ECONOMIC ORDER" (SEPTEMBER 2009) AND "THE COST OF DISPLACEMENT" (DECEMBER 2009/JANUARY 2010)
THIS VERSION DRAWS ON "ESSAYS 1993-2017"
(RESULTA IMPOSIBLE LEER A BERRY Y NO RELACIONAR SU ANÁLISIS CON, ENTRE OTRAS, LAS ACTUALES PROTESTAS DE LOS AGRICULTORES HOLANDESES Y LOS PRECIOS DE LA ALIMENTACIÓN:
Nuestra economía en el aire se ha transformado en una caída mortal, y nos disponemos a traerla debajo. El problema es que todos estamos bajo ella, y así tenemos que traerla debajo con el menor sufrimiento posible para nuestra tierra y nuestra gente. No sé cómo puede hacerse, y me inclino a pensar que nadie lo sabe. No puedes confiadamente traer algo abajo si no supiste qué hacías cuando lo elevaste.
WB)
(…)
No hay ninguna buena razón, económica o de otro tipo, para desear la “recuperación” y continuación de la economía que hemos tenido. No hay ningún razón, realmente, para esperar que se recupere y continue, pues ha dependido demasiado de la fantasía. Una economía no puede crecer para siempre con recursos limitados. La energía y el alimento no pueden permanecer baratos para siempre. No podemos continuar para siempre como gente que depende de los impuestos y no quiere pagar impuestos. El engaño y el futuro no pueden ser garantías colaterales para siempre. Una economía no confiable que depende de la confianza no puede defraudar la confianza de la gente para siempre. Los viejos motivos han sido eliminados. Los días en los que podíamos ser locos con seguridad han desaparecido. Nuestra economía en el aire se ha transformado en una caída mortal, y nos disponemos a traerla debajo, El problema es que todos estamos bajo ella, y así tenemos que traerla debajo con el menor sufrimiento posible para nuestra tierra y nuestra gente. No sé cómo puede hacerse, y me inclino a pensar que nadie lo sabe. No puedes confiadamente traer algo abajo si no supiste qué hacías cuando lo elevaste.
Sé que la economía humana como un todo depende, como siempre, de la naturaleza y de la economía de la tierra. La economía del uso de la tierra es nuestro vínculo con la naturaleza. Aunque el fracaso económico no ha llamado todavía la atención sobre la economía de la tierra y sus problemas, esos problemas deberán ser resueltos correctamente si queremos resolver correctamente los restantes problemas económicos. Antes de que podamos resolver de verdad los problemas del crédito y el gasto, debemos comenzar por tratar nuestra tierra con el amor práctico y efectivo que merece el nombre de patriotismo. De ahora en adelante, si queremos continuar aquí, nuestro uso de la tierra debería ser guiado por los principios de cuidado y prudencia, usando como medida indispensable, no el beneficio monetario o la eficiencia industrial o el éxito profesional, sino la salud ecológica. Y así me aventuro a proponer la siguiente agenda de cambios que constituirían una nueva política agrícola a largo plazo:
1. No debería haber precios garantizados o subsidios de precios sin controles de producción. Ello es debido a que el exceso de producción es un arma económica, que permite a las corporaciones reducir la renta de los agricultores e incrementar la suya propia.
2. Volver a la paridad total (100 por cien) entre la agricultura y la industria. Paridad de precios justos para los productos agrícolas haría las propuestas de pagos por servicios “ecológicos” innecesarias, y resolvería también otros problemas.
3. Aplicar las leyes anti-trust y antimonopolio. No dejar que la cualquier corporación sea lo bastante grande, rica o poderosa para tener a la nación como rehén. Ello aplica con fuerza excepcional a la industria agraria y a las corporaciones alimentarias.
4. Ayudar a los jóvenes agricultores a adquirir granjas. En una economía sana tal ayuda sería innecesaria, pero el abandono de la gente joven del mundo rural es ahora una crisis agrícola de la mayor urgencia. Y no tenemos bastante gente joven criada en las granjas. Otros deben ser traídos. Aquí hay algunas medidas que deberíamos considerar. Deberíamos establecer límites adecuados y razonables de la extensión de las explotaciones, según la región, para las granjas y explotaciones de escala familiar. Los impuestos deberían ser exigentes por encima de dichos límites. Las propiedades entro de los límites deberían gravarse a su valor de explotación. Debería haber impuestos sobre sucesiones sobre las propiedades por encima de los límites; y ninguno sobre las pequeñas explotaciones. Préstamos sin interés deberían concederse a los agricultores y ganaderos jóvenes que compren explotaciones dentro de los límites. (Estas sugerencias plantean un montón de problemas, y dudo al hacerlas). Los límites de las explotaciones son muy difíciles de establecer, como aprendimos de las leyes sobre exenciones “homestead”. Algunas de estas medidas serían innecesarias si los precios de la tierra no estuvieran inflados por encima del valor de explotación agrícola y si los precios de los productos agrícolas no estuvieran deflactados por debajo de su coste económico y ecológico actuales.
5. Poner fecha de caducidad a los productos químicos tóxicos, que son inconsistentes con los principios de una buena agricultura, y que están contaminando ríos y mares.
6. Poner fecha de caducidad a los biofuels. Debemos establecer una estricta distinción entre fuego y comida, conducción y alimentación. No podemos “alimentar a los hambrientos” y a los vehículos con la misma tierra, usando para siempre las mismas tecnologías y métodos que destruyen la tierra.
7. Introducir los cultivos perennes- para pasto, forraje invernal y cultivos de grano- en sustitución de los cultivos anuales que requieren el uso anual de la tierra o aplicaciones anuales de productos químicos “no-till”. Ello produciría una reducción sustancial de la erosión del suelo y la toxicidad.
8. Introducir y aplicar estándares altos de calidad del agua.
9. Los estándares de calidad del agua aplicados y el programa para sustituir cultivos anuales con perennes tendería a la eliminación de las factorías animales. Seamos claro sobre ello. Deberíamos eliminar las factorías animales, esas abominaciones, tan rápido como podamos. Tener los animales de granja incluidos los cerdos y gallinas, de nuevo sobre el terreno. Poner los animales allí donde pertenecen, y su abono también donde pertenece.
10. La producción animal debería regresar a la escala local y de otras comunidades. Eliminar los subsidios, incentivos y legislación favorable la gigantismo en la producción lechera, de carne y huevos.
11. Promover el desarrollo de economías locales alimentarias, que tienen mucho más sentido agrario y económico que la actual especializada, concentrada y alejada economía de la alimentación. Las economías locales de alimentación son también deseables desde el punto de vista de la salud pública, la seguridad nacional y la economía de energía. Proporcionar incentivos económicos y legislación de apoyo para el establecimiento de plantas de procesamiento de alimentos a escala local, de enlatado, de mercados anuales agrarios, etc.
12. Las economías locales alimentarias, para ser verdaderas, requieren la adaptación local de especies de variedades de animales y plantas. El requisito evolutivo universal de adaptación local ha sido eliminado sin explicación respecto de los humanos. Esta eliminación es potencialmente desastrosa. Necesitamos prácticas agrarias que estén adaptadas al mosaico ecológico e incluso a las explotaciones y granjas individuales. En favor de la adaptación local, y de la diversidad genética que requiere, deberíamos poner fin al Sistema de Identificación Animal del Departamento de Agrilcultura de los Estados Unidos, a las patentes de especies, y a la ingeniería genética- todas las cuales tienen como objetivo la uniformidad agrícola y al control corporativo de la agricultura y la comida. La planificación central y su inevitable objetivo de uniformidad no pueden funcionar en la agricultura debido al requisito de adaptación local y la consecuencia de inteligencia también local. La planificación central y la uniformidad solo son efectivas par la reducción de la diversidad genética y biológica y la destrucción de pequeños productores.
13. Ayudar y estimular la producción forestal a pequeña escala y los pequeños propietarios de bosques. Procurar que los precios de mercado para troncos y otros productos forestales estén disponibles en cualquier parte. Gravar justamente.
14. Estudiar y enseñar las producción forestal sostenible, usando ejemplos como el Menominee Forest en Wisconsin y el Pioneer Forest en Missouri.
15. Promover el buen uso y cuidados de los bosques agrarios como activos indispensables para la economía de las explotaciones.
16. Promover el desarrollo, en regiones con bosques, de economías locales del bosque, proporcionando incentivos para el procesamiento local y la adición de valor, así como para alimentación.
¿Incrementarían tales medidas significativamente el número de gente trabajando en la economía de la tierra? Desde luego que lo harían. Ellas serían una versión auténtica, con cambio, de “creación de empleo”. Este trabajo ayudaría a nuestra economía, nuestra gente y nuestro país a la vez. Y este es el auténtico test de practicabilidad, porque tiene completamente sentido económico.
WB (pages 445-449);traducción Guillermo Ruiz)
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