EL NO TRASCIENDE MÁS QUE EL SÍ
speûde, tàn d' émprakton ántlei machanán.
XIX
Pères profonds, têtes inhabitées,
Qui sous le poids de tant de pelletées,
Êtes la terre et confondez nos pas,
Le vrai rongeur, le ver irréfutable
N’est point pour vous qui dormez sous la table,
Il vit de vie, il ne me quitte pas !
PV
LE CIMETIÈRE MARIN (1920)
Hondos padres, deshabitadas testas,
Que sois la tierra y confundís los pasos
Bajo el peso de tantas paletadas:
No es para los durmientes bajo losas
El roedor gusano irrefutable,
Que no me deja a mí.De vida vive.
(traducción Jorge Guillén)
El tritagonista asiste atento a esta lucha en la se halla en juego.
¿Cómo se decidirá, él, el efímero, entre la nada eterna y el cambio vivo? ¿Se anticipará a la muerte con su inmovilidad, su silencio o su éxtasis místico, optará por los vivos o por lo muertos, que ni siquiera pueden distinguir su paso? Esta estrofa que los invoca hace presentir, quizá, el desenlace.El gusano roedor no es el que devora los cadáveres bajo la losa de mármol o el granito de la tumba, sino el que pacientemente, irrefutablemente, barrena el cerebro del poeta: es la conciencia inexorable y actuante.
(Gustave Cohen, Ensayo de explicación de El cementerio marino.Traducción Dolores Sánchez de Aleu)
Otra? posibilidad sería considerar que los "hondos padres y deshabitadas testas" que confunden los pasos habitan realmente en las cabezas de los vivos. Esto lo dijo Marx: “the tradition of all dead generations weighs like a nightmare on the brains of the living".(The Eighteenth Brumaire of Louis Bonaparte. Karl Marx 1852).Parece difícil excluir esta posibilidad. Quizás por esto PV también afirmó (pendiente): "El futuro es preparar al hombre para lo que no ha sido nunca". Lo quiera o no el "preparado". El hombre concreto. Y también: "el pasado no es sino el lugar de las formas sin fuerzas, a nosotros nos incumbe procurarle vida y necesidad, y prestarle nuestras pasiones y nuestros valores" (Sobre El Cementario marino). Incluso el "propio pasado", de lo que (todavía) no ha sido nunca.
μή, φίλα ψυχά, βίον ἀθάνατον
σπεῦδε, τὰν δ' ἔμπρακτον ἄντλει μαχανάν.
εἰ δὲ σώφρων ἄντρον ἔναι' ἔτι Χείρων, καί τί οἱ
φίλτρον ἐν θυμῷ μελιγάρυες ὕμνοι
ἁμέτεροι τίθεν: ἰατῆρά τοί κέν νιν πίθον
καί νυν ἐσλοῖσι παρασχεῖν ἀνδράσιν θερμᾶν νόσων
ἤ τινα Λατοΐδα κεκλημένον ἢ πατέρος.
καί κεν ἐν ναυσὶν μόλον Ἰονίαν τάμνων θάλασσαν
Ἀρέθοισαν ἐπὶ κράναν παρ' Αἰτναῖον ξένον
Do not yearn, O my soul, for immortal life!
Use to the utmost the skill that is yours.
Yet if wise Chiron still haunted his cave,
if my singing had worked upon his mood
like a soothing drug, I would have moved him
to rear another healer, a son of Leto
or of Zeus, a hero to relieve good men
of the blaze of fever.
And I would have come,
cleaving the Ionian sea on ship,
to Arethusa's fountain and my Aitnaian host
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