BANKING CRASH (III): THOREAU'S JOURNAL 14-OCT-1857 (AUGUST 5, 2008+MARCH 17, 2023)
Thoreau's Journal: 14-Oct-1857
It
is indeed a golden autumn. These ten days are enough to make the
reputation of any climate. A tradition of these days might be handed
down to posterity. They deserve a notice in history, in the history of
Concord. All kinds of crudities have a chance to get ripe this year. Was
there ever such an autumn? And yet there was never such a panic and
hard times in the commercial world. The merchants and banks are
suspending and failing all the country over, but not the sand-banks,
solid and warm, and streaked with blackberry vines. You may run upon
them as much as you please,—even as the crickets do, and find their
account in it. They are the stockholders in these banks, and I hear them
creaking their content. You may see them on change any warmer hour. In
these banks, too, and such as these, are my funds deposited, a fund of
health and enjoyment. Their (the crickets) prosperity and happiness and,
I trust, mine do not depend on whether the New York banks suspend or
no. We do not rely on such a slender security as the thin paper of the
Suffolk Bank. To put your trust in such a bank is to be swallowed up and
undergo suffocation. Invest, I say, in these country banks. Let your
capital be simplicity and contentment. Withered goldenrod (Solidago
nemoralis) is no failure, like a broken bank, and yet in its most golden
season, nobody counterfeits it. Nature needs no counterfeit detector.
I have no compassion for, nor sympathy with, this miserable state of
things. Banks built of granite, after some Grecian or Roman style, with
their porticoes and their safes of iron, are not so permanent, and
cannot give me so good security for capital invested in them, as the
heads of weathered hardhack in the meadow. I do not suspect the solvency
of these. I know who is their president and cashier.
DIARIO 14 DE OCTUBRE DE 1857
Es
desde luego un otoño áureo. Estos diez días son suficientes para ganar
la reputación de clima. La tradición de estos días podría entregarse a
la posteridad. Merecen un lugar en la historia, en la historia de
Concord. Todos los tipos de cosas crudas tienen oportunidad de madurar
este año.¿Hubo alguna vez un otoño igual?.Y
sin embargo, nunca hubo tal pánico ni tiempos tan duros en el mundo de
los negocios. Los comerciantes y banqueros están impagando y quebrando
pot todo el país, pero no los bancos de arena sólidos y cálidos, y
poblados por cepas de blackberries. Puedes utilizarlos tanto como
quieras, incluso como hacen las cigarras, que encuentran su cuenta. Son
accionistas en estos bancos y las oigo hacer crepitar su contenido.
Puedes verlas cambiando a cualquier hora más cálida. En estos bancos,
también, y en la misma forma, están depositados mis fondos, un fondo de
salud y alegría. La felicidad y prosperidad de las cigarras, y confío
que también la mía, no depende de si los Bancos de Nueva York quiebran o
no. No confíes en una seguridad tan tenue como el fino papel moneda del
Banco Suffolk. Poner tu confianza en tal banco es como ser engullido y
perecer por asfixia. Invierte, te digo, es estos bancos del campo.
Permite que tu capital sea la simplicidad y la satisfacción. La
"solidago nemoralis" muerta no es ningún fracaso, como un banco
quebrado, pero en su estación más dorada nadie la falsifica. La Naturaleza no
necesita ningún detector de falsificaciones. No tengo ninguna
comprensión ni simpatía por este miserable estado de cosas. Los Bancos
construidos de granito, siguiendo algún estilo griego o romano, con sus
pórticos y seguridad de hierro, no son tan permanentes y no pueden darme
ninguna seguridad sobre el capital invertido en ellos, a diferencia de
las cabezas del curtido "hardhack" en la ribera. No sospecho de su
solvencia. Conozco quién es su presidente y cajero.
HDT
(Traducción Guillermo Ruiz)
REFLEXIONES NO TAN ANTIGUAS SOBRE CRISIS RECURRENTES
Los
pánicos no destruyen el capital. Meramente revelan la medida en que el
capital ha sido ya previamente destruido por su traición al dedicarse a
inversiones improductivas sin ninguna esperanza
John Stuart Mill
Creo
que las instituciones financieras son más peligrosas para nuestras
libertades que los ejércitos de ocupación. Si el pueblo
americano permitiera a los bancos privados controlar la emisión de
moneda, primero por la inflación, y después por la deflación, los bancos
y corporaciones que crezcan alrededor de los bancos privarán a la gente
de toda su propiedad hasta que sus hijos despierten sin morada en el
continente que sus padres conquistaron. El poder de emisión debería ser
rescatado de los bancos y restituido al pueblo, a quien propiamente
pertenece.
Thomas Jefferson: Carta al Secretario del Tesoro Albert Gallatin (1802)
Las raíces de la Violencia:
Riqueza sin trabajo, Placer sin conciencia, Conocimiento sin carácter,
Comercio sin moralidad, Ciencia sin humanidad, Reverencia sin
sacrificio, Política sin principios.
Mathama Gandhi: Líder indio 1860-1948
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