Diario 6 de Junio de
1857
Este es Junio, el mes de hierba y
hojas. Los árboles caducifolios están invistiendo los peremnes siempre verdes y
revelando lo oscuros que son. Ya tiemblan de nuevo los álamos y un nuevo verano
me es ofrecido. Me siento un poco urgido en mis pensamientos, como si pudiera
ser demasiado tarde. Cada estación no es sino un punto infinitesimal. Apenas
llega y ya se ha ido. No tiene duración. Simplemente da una tonalidad y un
color a mi pensamiento.
HDT
Diario 24 de octubre de 1843
Aunque soy lo
bastante viejo como para haber descubierto que los sueños de la juventud no son
realizados en este estado de existencia, todavía creo que siempre será la
segunda felicidad más grande la de poder mirar bajo los párpados del tiempo y
contemplar lo permanente con serenidad, con el claro convencimiento de que no
lo logro.
HDT
No necesitamos temer que el cielo
colgará pesadamente cuando nuestra tarea esté hecha, porque nuestra tarea no es
el resultado de una jornada de trabajo, después de la cual un hombre deba
pensar lo que hará a continuación para ganarse la vida, sino otra que, una vez
que se empieza, solo finalizará cuando nada más quede por emprender en la
tierra o el cielo. El esfuerzo es la prerrogativa de la virtud. No permitamos
que la muerte sea el único objetivo de la vida, el momento en el que somos
rescatados de la muerte a la vida. Y dispongámonos a trabajar, si es que algo a
lo que todas las cosas contribuyen puede llamarse una tarea. No sufriremos
porque nuestras manos pierdan una pizca de su habilidad cuando miremos su ruin
jornal, pues sabemos que nuestra empresa no puede malograrse y que nadie
estafará nuestro beneficio a no ser que no lo consigamos.
Nos toca más estar presentes aquí
que dejar algo detrás de nosotros, puesto que si esto último debiera ser
considerado, nunca es el resultado lo que los hombres alaban sino solo el
mármol o el lienzo que están en lugar de su trabajo real. La mayor y más
efectiva empresa puede no tener ningún resultado apreciable sobre la tierra,
pero puede por sí misma dibujar los cielos con nuevas estrellas y
constelaciones. Cuando en momentos únicos todo nuestro ser se esfuerza unido,
en lo que llamamos una aspiración, podemos no esperar que nuestra empresa quede
en el estudio de cualquier artista. La empresa más valiente, que en su mayor
parte queda al margen de la historia, la que solo quiere la sobriedad de un
resultado logrado, y la incertidumbre de una empresa haciéndose, es la vida de
una gran mujer. Las devociones ocasionales son enajenaciones transitorias de
uno mismo, puesto que se trata de un coraje con flujos y reflujos, el alma se
encuentra ausente porque su empresa se transforma en indiferencia y cobardía,
mientras que la devoción de un valiente consiste en su integridad temporal.
Cada golpe del buril debe entrar en nuestra propia carne y huesos, es un mero
idólatra y aprendiz de artista el que lo sufre para representarlo en el mármol,
porque el arte verdadero no es meramente una consolación sublime, de día
feriado, que los dioses han dado a los mortales enfermizos, sino una obra
maestra como la que podría producir una habitante de las tierras llanas de
Asia, con sesenta y diez años por lienzo y las facultades de un hombre por
herramienta. Una vida humana donde podrías esperar descubrir más que la
frescura de la aurora de Guido, o la suave luz de los paisajes de Tiziano. Ninguna
pobre imitación ni rival alguno en la naturaleza, sino el original restaurado
del cual la obra es un mero reflejo. Para una obra maestra como esta, todos los
museos de Grecia e Italia son una mera mezcla de colores y un devastamiento
preparatorio del mármol.
De tal clase entonces será
nuestra cruzada que mientras inclina al corazón valiente y a la lucha como
actividad, más que a la insinceridad e indolencia de la paz, ofrecerá un
ejemplo tanto de calma como de energía. Tan despreocupada de la victoria como
sin cuidado de la derrota. No buscando alargar la duración de nuestro servicio,
ni acortarlo por una retirada, sino sabiamente aplicándonos a la campaña que
tenemos delante. No permitamos que nuestra guerra sea aburrida y descortés,
sino que una cortesía más alta esté presente en su alta caballerosidad, pero
nunca en detrimento de sus obligaciones más exigentes ni de la disciplina más
severa. Que nuestro campo pueda ser una palestra donde las energías y afectos
latentes de los hombres puedan ejercitarse y contender, no en detrimento suyo
sino para su mutuo ejercicio y desarrollo.
¿Qué fueron Godfrey y Gonzalo sino alentamos una vida en ellos y ponemos en vigor sus empresas como preludio de las nuestras?.El pasado es el lienzo sobre el que nuestra idea se dibuja, el borroso proyecto de nuestro campo futuro. Estamos soñando que hacer. Creo que oigo el sonido de la trompeta y el golpe de la coraza y escudo desde muchos rincones silenciosos del alma. El disparo de salida hace mucho que sonó y todavía no estamos en nuestras marcas. Permítasenos la premura de la mañana y la demora de la tarde.
HDT
(Traducción Guillermo Ruiz)
Fragmento final de "El
Sevicio".Thoreau escribió "The Service" en 1840 (tenía entonces
23 años) y lo remitió a "The Dial" para su publicación. Fue rechazado
por Margaret Fuller y no fue publicado en vida de Thoreau. Esta traducción
sigue la versión inglesa publicada por The Library of America (Thoreau
Collected Essays and Poems)
No comments:
Post a Comment