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Sunday, September 07, 2025

"EL IDIOTA" (DOSTOIEVSKI) EN EL MUNDO ACTUAL: "EL MAULLIDO DE UN GATO"

 

(Entre septiembre de 1867 y enero de 1869, mientras Dostoievski trabajaba de forma intermitente en la novela, vivió con Anna Grigórievna en cuatro ciudades diferentes (Ginebra, Vevey, Milán y Florencia), soportando numerosos ataques epilépticos, episodios de ludopatía, una miseria absoluta y, lo peor de todo, la muerte de su hija Sofía (en mayo de 1868)

"Los funcionarios y juristas corruptos de los evangelios parecen bastante sosos en comparación con los personajes de esta novela. Y Cristo nunca tuvo que tratar al mismo tiempo con personas como Aglaia y Nastasia Filíppovna" ((Williams Mills Todd III)

Según sus propios cálculos, soportó a partir de los veintiséis años de edad un ataque epiléptico cada tres semanas)

 

La riqueza es mayor, pero es menor la fuerza; ya no hay una idea que una ¡Todo se ha reblandecido, todo se ha vuelto blando y todos los hombres se han vuelto blandos! ¡Todos nosotros, todos nos hemos vuelto blandos!

(Lévedev, pág. 521)

¿Es verdad, príncipe, que usted dijo en cierta ocasión que el mundo se salvaría por "la belleza"?

(Lévedev, pág. 525)

Le he replicado otra vez, riéndome, que hablaba como un materialista. El me ha contestado con su sonrisa que siempre ha sido materialista. Como que no miente nunca, estas palabras han de significar algo.

(Ippolit, "Après moi le déluge", pág. 531)

¿Para qué su constante tristeza, su constante alarma y agitación, su constante rencor sombrío (porque son rencorosos, rencorosos, rencorosos)?

(Ippolit, pág. 538)

siempre queda algo que no puede trasmitirse de ningún modo a otras personas, aunque escriban ustedes tomos enteros y se pasen treinta y cinco años aclarando su pensamiento 

(Ippolit, pág. 540)

Quien atenta contra la "caridad" individual-empecé a decir-, atenta contra la naturaleza del hombre y desprecia la dignidad humana.Pero la organización de la "caridad pública" y el problema de la libertad personal son dos cuestiones distintas que no se excluyen mutuamente. El acto individual de caridad existirá siempre porque es una necesidad del ser humano, es la necesidad vital que un apersona siente de influir directamente sobre otra.

(Ippolit, págs. 550-551)

¿No es posible que simplemente se me devore sin que se me exija una alabanza a lo que me ha de devorar?

(Ippolit, pág. 563)

Pues bien, quizás quiero utilizar la última posibilidad de realizar una acción. Una protesta, a veces no es una pequeñez...

(Ippolit, pág. 564)

Y a la perfección no se la debe amar; la perfección solo puede mirarse como tal perfección ¿no es así?

(Nastasia Filíppovna, pág. 614)

Es usted la ordinariez enfática, la ordinariez que no sabe lo que es una duda y mantiene una calma olímpica; ¡es usted la rutina de las rutinas! Ni en su mente ni en su corazón  jamás se plasmará ni la menor idea propia

(Ippolit, pág. 648)

¡Que Dios la bendiga si tal ha de ser su destino!- exclamó Lizaveta Prokófievna santiguándose devotamente 

(pág. 696)

Si alguien ha podido sufrir más, es que es digno de ello

(El Príncipe, página 701)

¡ Pase por nuestro lado y perdónenos nuestra felicidad!

(El Príncipe, pág. 704)

El catolicismo romano cree que la Iglesia no puede sostenerse en la tierra sin un poder temporal universal y grita: Non possumus! A mi modo de ver, el catolicismo romano no es ni siquiera una religión, sino decididamente, una prolongación del Imperio romano de occidente y todo en él se halla subordinado a esta idea, empezando por la fe... ¿ Y no es esto la doctrina del Anticristo?

(El Príncipe, pág. 731)

¡Nuestro gran error está precisamente en no ver todavía que esta cuestión no es pura cuestión teológica! ¡Porque también el socialismo es un producto del catolicismo y de esencia católica!

 (El Príncipe, pág. 734)

"Quien ha renunciado a su tierra natal, también ha renunciado a su Dios"

somos ridículos, frívolos, tenemos malas costumbres, no sabemos mirar, no sabemos comprender. ¡Y somo así todos...!

 (El Príncipe, pág. 743)

De súbito comprendió: que en aquel momento y desde bastante antes no hablaba de lo que necesitaba hablar ni hacía lo que debía hacer

(pág. 819) 

Pero ya no comprendía nada de lo que le preguntaban y no reconocía a las personas que habían entrado y lo rodeaban

(pág. 820) 

Basta ya de dejarse llevar por los impulsos, es hora de escuchar también a la razón. Y todo esto, y toda esta vida en el extranjero, y todos nosotros en el extranjero y toda esta Europa suya, todo esto, es pura fantasía, y todos nosotros en el extranjero no somos mas que pura fantasía... ¡recuerde mis palabras, usted mismo lo verá!,concluyó casi airada al despedirse de Evgueni Pávlovich.

(Lizaveta Prokófievna, pág. 825) 

mis opiniones sobre este asunto equivaldrían a lo sumo, a los intentos de un gato que quisiera morderse la cola ...

En este sentido, la habilidad para hacer constituye una habilidad pasiva: la respuesta de un grano de arena al horizonte.Pues es la sensación de un horizonte abierto lo que nos impresiona en una obra de arte o en un descubrimiento científico, ¿no es cierto? De lo contrario, no corresponden a lo excepcional sino a lo común. La habilidad para hacer, en otras palabras, depende de ese horizonte  y no de la resolución, ambición o preparación de uno (...)

La "creatividad" es el comentario de una vasta playa cuando un grano de arena es engullido por el océano.Si esto les parece a ustedes demasiado trágico o grandilocuente, querrá decir que se encuentran demasiado lejos de ese océano, allá atrás en las dunas. La noción de suerte o azar propia de artistas y científicos refleja esencialmente su proximidad al agua o, si se quiere, a la materia.

(...)

La que mejor se mueve en este contexto es la poesía, puesto que la lengua constituye, por así decirlo, la primera información que la materia da sobre sí misma a lo animado.Para decirlo de un modo quizás menos polémico, la lengua es un aspecto diluido de la materia. Manipulando la lengua y creando algo armónico (a veces inarmónico), en poesía, el poeta accede, por lo general involuntariamente, a los dominios de la pura materia (o, si se quiere, del puro tiempo) con más rapidez que cualquier otro tipo de obra. De forma casi inevitable, un poema ...genera una fuerza centrífuga cuyo radio, siempre creciente, lleva al poeta muy lejos de su destino inicial.

Lo imprevisible del lugar de llegada, así como la posible gratitud que pueda sentirse, hacen que el poeta vea su habilidad para "hacer" como una habilidad pasiva..No hay creatividad posible ante aquello que infunde terror. 

(Joseph Brodsky, "El maullido de un gato" (enero de 1995, Del dolor y la razón, págs. 292-303)


 

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