He dicho a menudo que la arquitectura no es mucho más que un árbol; que los árboles crecen armonizando con lo que les rodea, y que no todos los arquitectos hacen lo mismo, puesto que a veces levantan sus edificios sin preocuparse del entorno. Intento no incurrir en ese error, claro. En ocasiones he hablado también de los árboles, pero desde otro punto de vista, fijándome en el orden de los árboles. Pese a que el crecimiento de un árbol se basa en una norma muy simple, la división de una rama en dos, la conformación final de árbol es de una gran complejidad, debido al equilibrio que cada árbol alcanza mediante la negociación relativa entre sus propios factores internos y los factores que determina el entorno. Si la comparamos con este proceso arbóreo, a la arquitectura le falta diversidad y queda muy por debajo de los árboles en materia de orden y racionalidad. Estoy por tanto muy interesado en averiguar cómo se puede trasladar el orden de los árboles a la arquitectura."
DIARIO 14 DE MAYO DE 1852
La mayoría de los hombres son fácilmente trasplantables de un lugar a otro, porque tienen tan poca raíz-ninguna raíz principal-, o porque sus raíces penetran tan poco, que puedes echarles una pala debajo y volverlos del revés, con raíces y todo.
HDT
(traducción Guillermo Ruiz)
(Primera vez aquí, 16 de mayo de 2012)
Considera qué vasta cosecha es así depositada anualmente sobre la tierra. Esta, más que cualquier grano o semilla, es la gran cosecha del año. Los árboles están ahora repagando con interés a la tierra lo que tomaron de ella. Están descontando. Están añadiendo el grosor de una hoja a la profundidad del suelo. Esta es la bella vía en que la naturaleza consigue su abono mientras yo regateo con este hombre y aquel, quien me habla del sulfato y del coste del transporte. Todos son los más ricos por esta caída. Estoy más interesado en este grano que en el césped inglés o en el maíz. El prepara el suelo virgen para los campos de maíz y bosques futuros, sobre los que la tierra se engrosa. El conserva nuestra posesión en un buen corazón.
HDT
(traducción Guillermo Ruiz)
Mirar atrás con el dolor de haber vivido, es pasar bajo el arco de la muerte.
Ramón del Valle-Inclán
(No mirar atrás con el dolor de haber vivido y no "pasar" bajo el arco de la muerte)
Caminado por segunda vez hoy con Cesáreo, de 88 años, por el parque de Fuencarral. Lleva, en sus manos artríticas, como siempre que le has visto, una vara. Usa audífonos en ambos oídos y su mirada es risueña y alegremente luminosa. Camina todos los días hasta un árbol. Después del paseo toma un bocadillo. Le cuida una hija que vive al lado suyo. Y nadie le ha echado "una pala debajo ni lo ha vuelto del revés,
con raíces y todo". Cesáreo, con la luz que le acompaña, no pasa bajo el arco de la muerte. Y tú le saludas, por ello, agradecido.
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