2009
Nace, casi por casualidad WhatsApp (...) al ponerlo en marcha los dos inventores se encontraron con que tenían un sistema de mensajería muy simple y eficza. Se llamaban Jan Koum y Brian Acton.El priemro había nacido en Kiev y había emigrado a Silicon Valley a los dieciséis años, pobre de solemnidad.
(...)
WhatsApp fue vendido a Facebook en 2014 por 19.000 millones de dólares.
Actualmente mil millones de habitantes del planeta Tierra lo utilizan con regularidad.
Por decisión de los fundadores, en la aplicación no aparece y nunca aparecerá publicidad alguna.
Desde 2016 la App es completamente gratuita.
Entonces, ¿de qué puñetas viven?
Si queréis una respuesta fácil y reconfortante, aquí la tenéis: venden nuestros datos.
Aunque en realidad el asunto está pendiente de demostrar, es contrario a los principios de los dos fundadores y se excluye de los Términos de Servicio que aceptáis cuando descargáis la App (...)
Pues entonces, ¿cómo demonios pagan los servidores con los que hacen funcionar todo eso?, os diréis
Por lo que yo he alcanzado a comprender, la respuesta más razonable es esta: si eres capaz de llegar diariamente a mil millones de personas que confían en ti, siempre encontrarás a alguien que te preste dinero y, tarde o temprano, un sistema para poder devolverlo
( Alessandro Baricco, The Game)
El
primer capítulo de Walden es el de “Economía”, el del establecimiento de la
morada y de sus medios de subsistencia. Ello no es causal, ni tampoco exclusivo
de dicha obra, sino una preocupación central del autor y de su obra. La riqueza
termina en dicho capítulo con referencias críticas a la “filantropía” y a lo que
la riqueza humana representa y exige. Muy ilustrativo de ello son los versos
finales del mismo (Versos complementarios, Las aspiraciones de la Pobreza de
Thomas Carew (1595-c.1639)):
“Nuestros
modales se ha corrompido por la comunicación con los santos. Nuestros libros de
himnos resuenan con una melodiosa profanación de Dios y lo soportan siempre. Se
diría que incluso los profetas y reformadores más bien han consolado los miedos
de los hombres que confirmado sus esperanzas. En ningún lugar hay registrada
una satisfacción sencilla e inocente por el don de la vida. Una memorable
alabanza de Dios. Toda salud y éxito me hace bien ,por lejana y apartada que
pueda parecer, toda enfermedad y fracaso contribuyen a entristecerme y hacerme
daño, no importa cuánta simpatía pueda tener ella conmigo o yo con ella. Si,
entonces, vamos a restablecer la humanidad con verdaderos medios Indios,
botánicos, magnéticos o naturales, seamos en primer lugar tan sencillos y
benéficos para nosotros mismos como la Naturaleza. No estéis para ser
supervisor del necesitado, sino luchar para llegar a ser una de las cosas
valiosas del mundo.
I read in the Gulistan, or Flower Garden, of Sheik
Sadi ofShiraz, that "they asked a wise man, saying: Of the many celebrated trees
which the Most High God has created lofty and umbrageous, they call none azad,
or free, excepting the cypress, which bears no fruit; what mystery is there in
this? He replied, Each has its appropriate produce, and appointed season, during
the continuance of which it is fresh and blooming, and during their absence dry
and withered; to neither of which states is the cypress exposed, being always
flourishing; and of this nature are the azads, or religious independents. -- Fix
not thy heart on that which is transitory; forthe Dijlah, or Tigris, will
continue to flow through Bagdad after the race of caliphs is extinct: if thy
hand has plenty, be liberal as the date tree; but if it affords nothing to give
away, be an azad, or free man, like the cypress."
VERSOS COMPLEMENTARIOS
LAS ASPIRACIONES DE LA POBREZA
Aquiles, Teseo.
T. Carew”
El cultivo de la riqueza humana, la más verdadera y fundante, solo es posible en un medio que la contenga y partiendo de la admisión, recreación y propagación de las virtudes que la hacen posible. Los medios son siempre necesarios, pero sin las virtudes solo pueden ser inertes. Esta es la terminación del capítulo de “Economía” en Walden.
Marx, contemporáneo de Thoreau, dice en los Manuscritos económico-filosóficos (redactados en 1844):
“La demanda de hombres regula necesariamente la producción de hombres, como ocurre con cualquier otra mercancía”
Pero las mercancías no tienen virtudes, sino solo valor de uso y de cambio. El fetichismo de la mercancía (las relaciones entre hombres vistas como relaciones entre cosas) alcanza su extremo de no retorno cuando la negación de la necesidad -la producción de las virtudes- imposible sin su encarnación en los individuos, se menosprecia expresa y razonadamente como incompatible con la producción de cosas y la reproducción de “hombres”.
"There is no such thing as virtue (society)" (Thatcher)
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