Leído el comentario de los libros de Mark Fisher
La “ontología de los negocios” es el principio que rige un
modelo de pensamiento, el realismo capitalista, según el cual no existe
alternativa para el modelo de sociedad neoliberal. No es casualidad, por lo
tanto, que en su libro póstumo Fisher identifique el capital con la entidad
espeluznante por antonomasia: “A pesar de
surgir de la nada, el capital ejerce más influencia que cualquier entidad
supuestamente sustancial (…). Vivimos atrapados en los ritmos, pulsiones y
patrones de fuerzas que no son humanas”.
(Arnau Horta, Lo raro y lo espeluznante. Culturas-La
Vanguardia)
“Lo que David Smail llama “voluntarismo mágico”-la creencia
de que está en poder de cada individuo la posibilidad de ser lo que quiera- es
la ideología dominante y la religión oficial de la sociedad capitalista
contemporánea impulsada por los expertos de los realities y los gurús
corporativos así como también por los políticos”
(Antonio Lozano, El malestar de la cultura pop. Culturas-La
Vanguardia)
“Gracias, autónomos,
Por hacer
Que todo funcione”
Entre lo espeluznante, ¿puede el miedo ser desactivado?. ¿O esa confianza pertenece al pasado?
El hombre es el artífice de su propia felicidad
HDT
(Diario 21 de enero de 1838)
Los placeres del intelecto son permanentes-los del corazón son transitorios
HDT
(Diario 22 de enero de 1852)
¿Quién hubiera pensado , en tiempos,
Amiga mía,
Cuando el pastor hacía avanzar a sus animales bajo el cielo,
Y lavaba, cuando ya era de noche,
La ubre hinchada de la oveja temblorosa,
Que un día tendríamos vergüenza de las palabras?
Que nombrando las cosas que existen
Pudiera uno sentirse culpable,
Incluso que por decir, mira,
Niño,
Pudiera uno creerse culpable,
Y es verdad que la nieve cae y cubre la nieve,
Que el relámpago merodea por entre nuestras sombras en la
Blancura de la nieve,
Y que por todas partes se grita y se mata.
Pero, amiga mía,
Intentemos amar el nombrar todavía esta mañana.
Vayamos
Por esos bosques cuyas ramas la noche ha llenado de
escarcha,
Y mira, el agua fluye en el arroyo, con un leve rumor,
Y sin embargo, todavía ayer, tú la veías
Prisionera del frío, completamente inmóvil.
(El desorden, fragmento. Yves Bonnefoy (La larga cadena del ancla (2008), traducción de Enrique Moreno Castillo)
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