En algún momento pensé que merecería
la pena conseguir un ejemplar de hoja de cada árbol caducifolio, arbusto y
planta herbácea cuando hubiera adquirido su color brillante más característico,
en su transición del estado verde al marrón, precisarlo y copiarlo exactamente,
con pintura, en un libro, que debería titularse “Octubre o Tintes otoñales”,
comenzando con el rojo más temprano –Woodbine y similares de hojas radicales,
continuando por los Maples, Hickories y Sumacs, y muchas otras hojas bellamente moteadas menos conocidas, hasta
los últimos Oaks y Aspens.
¡Qué recuerdo sería un libro así!.Solo necesitarías pasar sus hojas para
deambular a través de los bosques
otoñales cuando quisieras. O si pudiera preservar las hojas por ellas mismas,
no caídas, todavía sería mejor. He hecho poco progreso hacia un libro así, en cambio, he intentado
describir todos estos tintes brillantes en el orden en que ellos mismos se
presentan, Los que siguen son algunos extractos de mis notas.
Hacia el 20 de Agosto, en cualquier lugar en los bosques y valles, somos
apercibidos del otoño, tanto por las ricamente moteadas hojas “sarsaparrilla”
como por los mortecinos y ennegrecidos skunk-cabbage y eléboros. Y, en la
ribera del río, por la
Pontederia que ya se oscurece.
La hierba púrpura (eragrostis
pectinacea) está ahora en el apogeo de su belleza. Recuerdo todavía cuando
por primera vez reparé en esta planta. Estando en el lado de la colina cerca
del nuestro río ví, a 30 o 40 cuerdas, una franja púrpura de 12 cuerdas de
larga, bajo el extremo de un bosque, donde el terreno se inclinaba hacia un
soto. Era tan vivamente coloreada e interesante como los macizos de rhexia,
aunque no tan brillante sino de un púrpura más oscuro, como la mancha tendida
de un fruto apretado y grueso.
Cuando me acerqué y la examiné, descubrí que se trataba de un planta
herbácea florecida, a duras penas de un pie de altura, con solo unas pocos
extremos verdes y un fino y distribuido conjunto de flores púrpuras, una baja
niebla púrpura meciéndose alrededor mío. De cerca no era sino de un púrpura apagado,
que hacía poca impresión a la vista;
incluso era difícil de detectar. Y si cogías solo una planta, te sorprendía
detectar lo fina que era y qué poco color tenía. Pero vista a distancia en una
luz favorable, era de un fino y vivo púrpura, como una flor, enriqueciendo la
tierra. Tales causa pequeñas se combinan para producir estos marcados efectos. Fui
el mas sorprendido y agradecido porque las hierbas son comúnmente de un color
sobrio y no destacado.
Con su bella pincelada púrpura me recuerda, y ocupa el lugar, de la rexhia,
que ahora está cayendo y es uno de los fenómenos más interesantes de Agosto. Los
macizos mas finos de ella creen en baldíos de tierra en la base de colinas
secas, justo por encima del extremo de los sotos, donde el avaricioso segador
no llega para pasar su guadaña, porque esta es una hierba fina y pobre, oculta
a él. O, puede ser, porque es tan bella que el no sabe que existe, porque lo
mismos ojos no la ven a ella y a Timothy.
El segador consigue el heno del soto y las hierbas más nutritivas que crecen
junto a él, pero abandona esta niebla púrpura para la cosecha del caminante-
forraje para su llamativa despensa. Más arriba hacia la colina, crecen quizás también blackberries, Jhon´s-Wort y no
detectadas, mortecinas y rígidas
June-grass. ¡Qué fortuna que crece en tales lugares y no en medio de las
hierbas cotizadas que son cortadas anualmente!.La naturaleza conserva distintos
el uso y la belleza. Conozco muchos lugares, donde no falta a su cita anual y
pinta la tierra con su pincelada. Crece en pendientes moderadas, bien en líneas
continuas o en círculos dispersos de un pie de diámetro, y dura hasta que es
muerta por las primeras y súbitas heladas.
En la mayoría de las plantas el cáliz o corola es la parte que logra el color
más vivo y la más atractiva. En muchas es el fruto que dispersa la semilla. En
otras, como el Maple rojo, las hojas. Y en otras, es el propio tallo el que es
la flor principal o parte fertilizada.
HDT
(Traducción Guillermo Ruiz)
Fotografía: Rhexia virginica
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