Caminado por el otoño del parque de Aiete y hasta la piscina del Polideportivo Etxadi (Borroto Kalea, 32, 20009 Donostia). Nadado en la piscina y visto tu figura nadando de espalda reflejada y transportada en los cristales del techo, al lado de las nubes que pasan.
El agua, cristal y nube.
El parque tiene una placa dedicada a Anne Frank, que aparece en la foto y con la siguiente inscripción en vasco y castellano:
"Casi todas las mañanas subo al desván a respirar aire puro. Y desde mi rincón favorito, miro el cielo azul y las ramas desnudas del castaño".
La escultura y la biblioteca próximas invitan a prolongar el presente.Hay una obra en curso de un monumento conmemorativo de la defensa de los derechos humanos.
El agua que te sostiene trae también, sin saberlo, las palabras y la figura de John Berger:
El escenario de la historia fue la piscina municipal de un
barrio muy concurrido, aunque no chic, del extrarradio parisino, adonde por
temporadas acudía asiduamente. Iba todos los días hacia la una del mediodía
cuando la mayoría de la gente estaba comiendo y la piscina estaba menos llena.
El edificio de la piscina, que es muy largo y achatado,
tiene los muros de ladrillo y cristal. Se construyó a finales de los años
sesenta y se inauguró en 1971.Está situado en un pequeño parque donde hay unos
cuantos abedules y sauces llorones.
Desde dentro de la piscina propiamente, mientras nadas, ves
los árboles al otro lado de la cristalera. El techo justo encima, está
panelado, y para entonces, cuarenta años después de su construcción, le
faltaban varios paneles. ¿Cuántas veces nadando de espaldas, reparé en ello, al
tiempo que era consciente de que el agua me sostenía a mí y también a la
historia a la que estuviera dándole vueltas en ese momento?
Hay un dibujo del siglo XVIII firmado por Huang Shen que
representa una cigarra cantando en una rama de sauce llorón. Cada hoja está
pintada con una sola pincelada.
(…)
Hace poco escuché en la radio una grabación de Guthrie
cantando esta canción, cuyo estribillo él había cambiado a Hold on, Hold on, It’s Been Good to Know You (…) El caso es que,
así, es un estribillo que trata del tema de cualquier dibujo que ha insistido
en que se le pusiera en papel.
(El cuaderno de Bento)
En su intensidad vital o su tragedia, tales momentos
incluyen aquellas experiencias de una libertad de acción. (La libertad sin
acciones no existe).Momentos así son trascendentales, como ningún “resultado”
histórico puede serlo. Son lo que Spinoza denominaba lo eterno, y son tan
multitudinarios como las estrellas en un universo en expansión.
No todos los deseos conducen a la libertad, pero la libertad
es la experiencia de un deseo que se reconoce, se asume y se busca. El deseo no
implica nunca la mera posesión de algo, sino la transformación de ese algo. El
deseo es una demanda: la exigencia de lo eterno, ahora. La libertad no
constituye el cumplimiento de ese deseo, sino el reconocimiento de su suprema
importancia.
Hoy, el infinito está del lado de los pobres.
(El infinito, ahora, abril de 2006, en Con la esperanza
entre los dientes)
El infinito: redención inconsecuente, insignificante de algo del presente
HDT
Diario 11 de agosto de 1853
(Aquí el 4 de febrero de 2018)
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