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Saturday, October 17, 2015

EL CALENTAMIENTO GLOBAL EN WALDEN




Es solo cuando olvidamos todo nuestro aprendizaje que empezamos a conocer. No me aproximo ni un pelo más a cualquier objeto natural si asumo que tengo una introducción a él por un hombre instruido. Para concebirlo con total aprehensión me debo aproximar a él por milésima vez como a algo totalmente extraño. Si debes tener familiaridad con los helechos debes olvidar toda tu botánica.

HDT

Diario 4 de octubre de 1859

Leído el libro de Richard B. Primack "Walden Warming Climate Change Comes to Thoreau Woods", que utiliza las observaciones de Thoreau, acerca del deshielo, plantas y pájaros sobre todo, para rastrear y documentar los efectos y alteraciones del calentamiento global en Concord y en otros lugares.

Richard B. Primack es un botánico de la Universidad de Boston que recientemente ha recibido el premio Humboldt y que ha utilizado la ciencia para proporcionar una visión familiar e integral de Thoreau como científico y naturalista.

Las observaciones de Thoreau trascienden su tiempo y nos alcanzan donde él las situó: en nuestra relación con los ecosistemas.
 

In his meticulous notes on the natural history of Concord, Massachusetts, Henry David Thoreau records the first open flowers of highbush blueberry on May 11, 1853. If he were to look for the first blueberry flowers in Concord today, mid-May would be too late. In the 160 years since Thoreau’s writings, warming temperatures have pushed blueberry flowering three weeks earlier, and in 2012, following a winter and spring of record-breaking warmth, blueberries began flowering on April 1—six weeks earlier than in Thoreau’s time. The climate around Thoreau’s beloved Walden Pond is changing, with visible ecological consequences.
          
In Walden Warming, Richard B. Primack uses Thoreau and Walden, icons of the conservation movement, to track the effects of a warming climate on Concord’s plants and animals. Under the attentive eyes of Primack, the notes that Thoreau made years ago are transformed from charming observations into scientific data sets. Primack finds that many wildflower species that Thoreau observed—including familiar groups such as irises, asters, and lilies—have declined in abundance or have disappeared from Concord. Primack also describes how warming temperatures have altered other aspects of Thoreau’s Concord, from the dates when ice departs from Walden Pond in late winter, to the arrival of birds in the spring, to the populations of fish, salamanders, and butterflies that live in the woodlands, river meadows, and ponds. 
          
Primack demonstrates that climate change is already here, and it is affecting not just Walden Pond but many other places in Concord and the surrounding region. Although we need to continue pressuring our political leaders to take action, Primack urges us each to heed the advice Thoreau offers in Walden: to “live simply and wisely.” In the process, we can each minimize our own contributions to our warming climate.


"Lo que hemos visto es que el límite de crecimiento de las plantas ha subido más de 500 metros, desde los 4.600 hasta los 5.185 metros", comenta la investigadora hispano-danesa. Además, tal y como explican en la revista científica PNAS, los distintos tipos de vegetación definidos por Humboldt se han desplazado hacia arriba, hasta zonas donde antes no podían proliferar. Así, plantas de la familia de las gencianas, de los géneros Espeletia y Chuquiraga que Humboldt situó a una altura entre los 2.000 y 4.100 metros, ahora aparecen hasta los 4.600. En cuanto al pasto conocido como pajonal, ha escalado de los 4.600 metros a los casi 5.100.
Aunque el estudio se centra en la distribución altitudinal de la flora entre los 3.800 y los 5.200 metros, los investigadores también aprovecharon las anotaciones de Humboldt para ver los cambios que se han producido por debajo y por encima. "Los campos de cultivo se han extendido bastante desde los tiempos de Humboldt (también anotó eso, no se le escapaba nada). Como la población humana ha crecido, también vemos que hay más pajonal en las zonas bajas, porque siguen segando paja para los animales de crianza", comenta Morueta-Holme. En cuanto al límite superior, el naturalista alemán situó el inicio del glaciar a los 4.814 metros de altitud. Hoy, hay que subir hasta los 5.270 para encontrar hielo.








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