Diario 19 de Marzo de 1842
Cuando camino por los campos de Concord y medito sobre el destino de esta próspera rama de la familia Sajona, las energías inagotadas de este nuevo país, olvido que esto que es ahora Concord fue una vez Musketaquid, y que la raza Americana ha tenido también su destino. Encuentro adecuado recordar la eternidad detrás de mí, tanto como la eternidad delante de mí. A cualquier sitio que vaya, recorro los senderos del Indio. Cojo la flecha que ha caído justo a mis pies. Y si considero el destino, estoy en su camino.
Cuando camino por los campos de Concord y medito sobre el destino de esta próspera rama de la familia Sajona, las energías inagotadas de este nuevo país, olvido que esto que es ahora Concord fue una vez Musketaquid, y que la raza Americana ha tenido también su destino. Encuentro adecuado recordar la eternidad detrás de mí, tanto como la eternidad delante de mí. A cualquier sitio que vaya, recorro los senderos del Indio. Cojo la flecha que ha caído justo a mis pies. Y si considero el destino, estoy en su camino.
La Naturaleza tiene tanto sus tonos rojizos como sus tonos verdes. De hecho nuestro ojo se divide sobre cada objeto y podemos tomar tanto un camino como el otro. Si considero su historia, es muy vieja; si su destino, este es nuevo. Puedo ver un aparte de un objeto o su totalidad. No me impondré y pensaré que la Naturaleza es vieja porque la estación está avanzada. Estudiaré la botánica de los musgos y hongos sobre el bosque caído, y recordaré que el bosque caído no es viejo sino que ha comenzado a ser justo lo que él es.
HDT
(traducción Guillermo Ruiz)
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