Hágase hoy en mí tu transparencia,
sea yo en tu claridad.
Y todo vuelva a ser igual que entonces, cuando tu llegada
no era el final del sueño
sino su deslumbrante epifanía.
Angel González
(De "Otoños y Otras Luces". Tusquets Editores.2001)
El blog pretende publicar, principalmente, traducciones al español de textos y poemas de Henry David Thoreau y referencias a trabajos sobre dicho autor.
Hágase hoy en mí tu transparencia,
sea yo en tu claridad.
Y todo vuelva a ser igual que entonces, cuando tu llegada
no era el final del sueño
sino su deslumbrante epifanía.
Angel González
(De "Otoños y Otras Luces". Tusquets Editores.2001)
"Los habitantes del zoológico de Berlín escucharon con angustia el rumor del cañoneo, apenas audible.No lo confundieron, sin embargo, con el habitual estruendo que provocaban al caer, durante la noche, las bombas lanzadas desde aviones, ni con el rugido atronador de la pesada artillería antiaérea.
(...)
Viéndose en la necesidad de comprender la vida de forma autónoma, sin la ayuda del Führer-una necesidad instintiva e irreprimible para quien había perdido a sus cuatro hijos y su mujer-, Ramm fue esbozando en su mente una especie de darwinismo absurdo, un darwinismo al revés. Creía que la evolución a la manera hitleriana se desarrollaba por la vía regresiva: en vez de elevarse por la escala evolutiva, los seres vivos la recorrían de arriba abajo para dar en el abismo.Así los rastreros, los canallas, los mediocres y las personas sin escrúpulos prosperaban, al tiempo que los que amaban la libertad, los insumisos, los buenos e inteligentes perecían.En las condiciones del fascismo, esa involución al revés había producido una nueva raza humana, vil y miserable.
(...)
-La raza de los señores actúa como si el mundo entero no valiera nada en comparación con ella. Los seres buenos, honrados, cariñosos y dóciles han sido privados de todo derecho, mientras los señores se apoderaban de cuanto la vida tenía de valioso.Cuando ciertos animales les estorban o, al contrario, pueden proporcionarles algún provecho, no dudan en exterminar especies enteras. Los tratan como si fueran arena o ladrillos...Ahora solo logran sobrevivir los que son todo piel y huesos, los que carecen de pelo, seres descoloridos de carne maloliente...¡Menuda selección!Conduce a la destrucción de todo lo vivo.Los hurones acabarán siendo canonizados.
(...)
Quien pretende ostentar el título de rey del universo debe aprender primero a tener respeto incluso a esa lombriz.
-Tiene usted razón.Hay que aprender a tener respeto por la vida.
Antes de conocer a Krause, Ramm había creído que cualquiera que tuviera noticia de sus pensamientos más íntimos lo tildaría de loco y degenerado. ¡Pero no era así!
(...)
-¡Aun las lombrices necesitan ser libres!-exclamó excitado-. Todas las noches me quedo en mi casa, escuchando lo que pasa allí fuera. Luego salgo y voy de jaula en jaula en la oscuridad y les digo: "Paciencia...paciencia...". Son los únicos con los que puedo hablar.
(...) contigo,
Hoy he tenido que esperar mucho, y eso que todavía tengo un asunto que tratar contigo, por muy extraño que suene.Quiero hablarte de un hombre santo.
La camarera le miró con unos ojos llorosos a la vez que burlones, se inclinó hacia él y le dijo al oído:
-A nadie le importa ya tu hombre santo: el patrón se ha pegado un tiro.Su causa ha perdido.
(...)
Una noche templada y oscura de primavera, comenzó la batalla en el centro de Berlín.
(...)
Por la tarde, cuando Fritzi hubo pasado de la parte exterior de la jaula al dormitorio, Ramm le envolvió los hombros con una manta y se quedó a su lado, sentado en un banquito. Para conciliar el sueño, Fritzi necesitaba compañía. Como de costumbre, Ramm fue acariciándole la cabeza hasta que el gorila se quedó dormido.
(...)
La puerta de la jaula voló, arrancada de cuajo por un proyectil, y una luz punzante cegó a Fritzi.
El gorila creyó que, al volver a abrir los ojos al cabo de un instante, habrían desaparecido los aburridos muros de cemento del zoológico, la reja, sus juguetes favoritos, la cama con el colchón de rayas, la manta, la tacita con leche que Ramm había dejado para él sobre la mesita de noche antes de que el gorila se acostara para dormir. Creyó llegado el momento de regresar a sus bosques nativos a orillas del lago Kivu.
(...)
Cuando entró en el área de primates, el representante de las fuerzas de ocupación vio al viejo celador, con su gorra de uniforme, sentado junto al cadáver de un enorme simio de pelambre negra cuyo pecho estaba destrozado por un fragmento de proyectil.
En un alemán chapurreado, el representante hizo saber al viejo que, como era el único que había permanecido en su puesto, se le nombraba provisionalmente director del zoo (...)
El viejo asintió, dio las gracias al representante y de pronto rompió a llorar mientras señalaba el cadáver del simio."
(Traducción de Andréi Kozinets)
(EXTRANJERO. Digamos, pues, que la caza de animales domesticados es doble.
TEETETES. ¿Como?
EXTRANJERO. Con la piratería, la esclavitud, la tiranía, las artes de guerra, formaremos una sola especie, y la llamaremos caza por la violencia.
TEETETES. Perfectamente.
EXTRANJERO. El arte de seguir el curso de un negocio ante los tribunales, en las asambleas de pueblo, en las conversaciones familiares forma otra especie, que llamaremos caza por la persuasión.
TEETETES. Perfectamente.
EXTRANJERO. Pero la caza por la persuasión se divide en dos géneros.
TEETETES. ¿Cuáles?
EXTRANJERO. La una es privada, la otra pública.
TEETETES. Estos dos géneros existen en efecto.
EXTRANJERO. En la caza privada hay la que reclama un salario y la que hace presentes.
TEETETES. No lo comprendo.
EXTRANJERO. No te has fijado, al parecer, en la caza de los amantes.
TEETETES. ¿Cómo?
EXTRANJERO. Los amantes tienen costumbre de hacer presentes a los que persiguen por amor.
TEETETES. Es muy cierto.
EXTRANJERO. Esta especie de caza privada será el arte de amar.
TEETETES. Muy bien.
EXTRANJERO. En cuanto a la caza privada, que aspira a un salario, hay una especie en la que el cazador se atrae las gentes por medio de caricias, o emplea el placer como cebo, sin exigir otro salario que su propio alimento, y yo creo que convendremos en llamar a esto el arte de la adulación o el arte de procurar placeres.
TEETETES. Sin duda.
EXTRANJERO. Pero la otra especie, en la que se proclama que no se buscan los hombres sino para enseñarles la virtud, indemnizándose de este servicio con dinero contante, ¿no merece que se la dé un nombre particular?
TEETETES. Sin duda.
EXTRANJERO. ¿Qué nombre? Dilo.
TEETETES. Es bien claro; y no puedo dudar que nos hemos encontrado con el sofista. Dando este nombre al cazador de que se trata, creo darle el nombre que le conviene.
EXTRANJERO. Resulta, Teetetes, de todo lo que acabamos de decir, que por sofística debe entenderse el arte de apropiar, de adquirir con violencia, a manera de la caza de los animales andadores, terrestres y domesticados, la caza de la especie humana, caza privada, que busca un salario y salario á dinero contante, y que, con el aparato engañador de la ciencia, se apodera de los jóvenes ricos y de distinción.
TEETETES. De hecho es lo que dices.
(…)
EXTRANJERO. Si un hombre pretendiese saber, no decir y contradecir, sino hacer y ejecutar, por medio de un solo y mismo arte, todas las cosas...
TEETETES. ¿Cómo todas las cosas?
EXTRANJERO. He aquí que comienzas por no entender mis primeras palabras, puesto que no comprendes lo que significa todas las cosas.
TEETETES. No, en verdad.
EXTRANJERO. Por todas las cosas quiero decir tú y yo, y además todos los animales y todas las plantas.
TEETETES. ¿Y después?
EXTRANJERO. Si alguno se creyese capaz de hacernos, a tí y a mí, y de hacer todos los seres vivos...
TEETETES. ¿Qué entiendes por hacer? Aquí no se trata de un labrador, porque hablas de un hombre capaz de hacer animales.
EXTRANJERO. Sin duda, e igualmente el mar, la tierra, el cielo, los dioses y todo lo demás; y aun supongo que, después de haber hecho todas estas cosas en un abrir y cerrar de ojos, las vendería a un ínfimo precio.
TEETETES. Lo que dices es una pura burla.
EXTRANJERO. ¡Qué! Pretender que se saben todas las cosas, y que todas se pueden enseñar a otros a precio módico y en poco tiempo, ¿no es también una burla?
TEETETES. Incontestablemente.
EXTRANJERO. ¿Conoces burla, que exija más arte y produzca más placer que la imitación?
TEETETES. No, porque lo que designas con un solo nombre encierra mil variedades.
EXTRANJERO. ¿No estimamos que el hombre, que se alaba de ser capaz de hacer todas las cosas mediante un solo arte, es lo mismo que el que, por medio de la pintura, imita seres, les da los mismos nombres, y mostrando estas imágenes de lejos a los niños, que no tienen uso de razón, hace que formen una idea ilusoria de su habilidad, y les convence de que puede fabricar perfectamente con sus manos cuanto quiera?
TEETETES. Sin duda.
EXTRANJERO. Y bien, ¿no creemos que puede darse en los discursos un arte semejante? ¿No es posible que se engañe a los jóvenes, alejados aún de la verdad de las cosas, haciéndoles oír vanos discursos, mostrándoles de palabra imágenes de todos los seres, convenciéndoles de que estas imágenes son la verdad misma, y que el que se las presenta es en todo el más instruido de los hombres?
TEETETES. Nada obsta a que semejante arte exista.
EXTRANJERO. Respecto a la mayor parte de los que oyen estos discursos, mi querido Teetetes, cuando con el trascurso del tiempo han llegado a la edad madura, ¿no es una necesidad que, encontrándose con las cosas mismas, y forzados por las impresiones que reciben a fijar en ellas su atención, modifiquen sus primeras opiniones, juzguen pequeño lo que les había parecido grande, difícil lo que hablan visto fácil, y que vean, en fin, desvanecerse por todas partes los fantasmas de aquellos discursos engañosos al contacto de los hechos y de la realidad?
TEETETES. Así lo pienso, en cuanto lo permite mi edad; porque soy aún de los que no perciben las cosas más que de lejos.
EXTRANJERO. He aquí porque los presentes nos esforzaremos, y ya nos esforzamos, en aproximarte a la verdad, aun antes de que lleguen para ti las advertencias de la experiencia. Pero volvamos al sofista, y dime: ¿no es ya claro para nosotros que es un charlatán, que quiere imitar la realidad, o dudamos aún en razón de si, siendo capaz de discutir sobre todas las cosas, posee verdaderamente la ciencia universal?
TEETETES. No, extranjero, eso no puede ser. Después de lo que hemos dicho, es claro que debe colocarse al sofista entre los farsantes.
EXTRANJERO. Es preciso definir al sofista, diciendo que es un charlatán y un imitador.
TEETETES. ¿Cómo no definirlo así?
EXTRANJERO. ¡Ánimo, pues! Ahora no dejemos escapar la caza. Le hemos envuelto en la red de los razonamientos, con que le hemos sitiado por todas partes, y no puede escapar...
TEETETES. ¿De qué?
EXTRANJERO. De ser considerado como un miembro de la familia de los autores de encantamientos.
TEETETES. La misma idea me formo yo del sofista."
(Platón, “El Sofista” en Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo 4, Madrid 1871)
https://www.filosofia.org/cla/pla/img/azf04009.pdf
https://www.filosofia.org/pcero.htm
https://www.filosofia.org/index.htm
El proyecto Filosofía en español ofrece, desde enero de 1996, textos, artículos, reliquias y relatos de la filosofía construida y pensada en la lengua, universal e internacional, que hablan los cientos de millones de personas que forman la hispanidad.
¿No son los "políticos" los sofistas de nuestro tiempo?
MARÍA ZAMBRANO EN LA EMT (17-01-2024): LA AGONÍA DE EUROPA (πολύτροπος,I) https://t.co/gAiMU2tQtD
— Guillermo Ruiz Zapatero (@ruiz_zapatero) January 3, 2025
Algunas veces es preciso que estalle el corazón del mundo para alcanzar una vida más alta
Hegel
(María Zambrano: Cita prefacio a "La violencia europea") pic.twitter.com/5AMHuEAUJf
MARÍA ZAMBRANO: LA AGONÍA Y LA VIOLENCIA EUROPEA (II) https://t.co/hsRlPh8cfB
— Guillermo Ruiz Zapatero (@ruiz_zapatero) January 3, 2025
Buena fe en la simplicidad y transparencia natural de las cosas que dejó al pensamiento europeo inerme ante las nuevas máscaras encubridoras ya del más negro vacío pic.twitter.com/g07uqVhVSS
LA AGONÍA Y LA VIOLENCIA EUROPEA (III) : EL SOFISTA, EL POLÍTICO Y EL HACEDOR UNIVERSAL ("ANTIPARTISANO") https://t.co/HoE9tr40MB
— Guillermo Ruiz Zapatero (@ruiz_zapatero) January 3, 2025
TEETETES. Estoy persuadido, extranjero, de que nosotros somos animales domesticados y que hay caza de hombres pic.twitter.com/KsfYxSDSB6
El liberalismo (...) mantuvo todavía más el encantamiento producido por el naturalismo (...) porque acentuó la confianza fatal, aunque llevándola a distinto objeto; el naturalismo la había llevado hacia la naturaleza; el liberalismo hacia la naturaleza humana.
(María Zambrano, "La agonía de Europa")
"Enigma y monstruo más pavoroso que el de la naturaleza: el monstruo de lo social"
Sin duda, llamaría la atención de Zambrano en la actual agonía y violencia europea, la clarividencia griega en la descripción del "monstruo de lo social" en El Sofista de Platón
Y en esto, su libro, crítico en otros aspectos del pensamiento griego, debería reconocer cómo 2.400 años después de haber sido escrito El Sofista muestra la raíz de la unificación política del sofista, del político y del hacedor universal, todos ellos unidos para la caza, en las "democracias del mercado pletórico", del animal domesticado que es el hombre ("el monstruo de lo social").
Los "políticos" y sus agentes reúnen hoy todas las definiciones del sofista ("Si un hombre pretendiese saber, no decir y contradecir, sino hacer y ejecutar, por medio de un solo y mismo arte, todas las cosas...") y, además, no pueden ser cuestionados porque su "legitimidad democrática" es la ciencia y el hacedor universal inmaculado (a escala planetaria). Asimismo liberada de la prueba de la experiencia (y de sus resultados).
El Extranjero y Teetetes así lo describen. Resulta asombroso, pero solo porque el monstruo de lo social también lo es. En la Grecia clásica igual que en la España y la Europa del siglo XXI:
"EXTRANJERO. La caza en tierra comprende dos grandes partes.
TEETETES. ¿Cuáles?
EXTRANJERO. La caza de los animales domesticados, y la de los animales bravíos.
TEETETES. ¿Pero hay caza de animales domesticados?
EXTRANJERO. Sin duda, si el hombre es un animal domesticado. Pero escoge el partido que quieras; o decir que no existen animales domesticados; o que existen, pero que el hombre es un animal salvaje; o bien que el hombre será un animal domesticado, pero que en tu opinión no hay caza de hombres. Dinos a cuál de estas opiniones das la preferencia.
TEETETES. Estoy persuadido, extranjero, de que nosotros somos animales domesticados y que hay caza de hombres.
EXTRANJERO. Digamos, pues, que la caza de animales domesticados es doble.
TEETETES. ¿Como?
EXTRANJERO. Con la piratería, la esclavitud, la tiranía, las artes de guerra, formaremos una sola especie, y la llamaremos caza por la violencia.
TEETETES. Perfectamente.
EXTRANJERO. El arte de seguir el curso de un negocio ante los tribunales, en las asambleas de pueblo, en las conversaciones familiares forma otra especie, que llamaremos caza por la persuasión.
TEETETES. Perfectamente.
EXTRANJERO. Pero la caza por la persuasión se divide en dos géneros.
TEETETES. ¿Cuáles?
EXTRANJERO. La una es privada, la otra pública.
TEETETES. Estos dos géneros existen en efecto.
1.
Para estar en casa sobre su suelo natal
La mente debe descender por debajo de su horizonte,
Descender por debajo de la luz
Sobre la colina y el alto y el fondo del valle
Para recibir las vidas de los muertos. Debe despertar
En su sueño, quien despierta en sus ensoñaciones.
“¿Quién está aquí?” Sobre el camino de roca
Entre el arroyo y los bosques en el otoño del año.
Permanecí y escuché. Oí los gritos
De pequeños pájaros altos en el viento.
Y entonces el sonido de antiguos pasos
Me rodeó, y mi visión cambió.
Pasé a través de las lentes de la oscuridad
Como a través de un surco, y los muertos
Buscaron para encontrarme. Me conocían,
Pero miraban maravillados a las líneas en mi cara
Los cabellos blancos esparcidos sobre mi cabeza.
Vi un viejo, alto inclinado
Sobre un callado, su mano abierta
Alzada con alguna orden fiera,
Conocimiento de largo trabajo en sus ojos;
Otro con apariencia más grata,
Sonriendo bajo el ala de un sombrero sudado
Dándome la bienvenida como antes.
Vi una vieja mujer, una ahorradora
De pequeñas cosas, cuya pena solitaria
Fue lo primero que conocí, inclinada
Con edad y dolor, cuyas manos ocupadas
Trabajaron una entrega de amor.
Estos fueron mis maestros. Y había más
Amados por su rostro y nombre, quienes usaron
La sustancia de nuestro suelo común
Sus ojos, habiendo sufrido todo sufrimiento, estaban claros.
2.
Vi uno aparte, solo,
Cansancio en sus hombros, sus ojos
desconcertados todavía con la novedad
De su muerte. En mi dolor sentí,
Como muchas veces antes, gratitud
Al verle. “Owen”, dije.
Se volvió, alzo, movió su mano
Le alcancé un puñado de tierra
Recogido de un cierto campo bien conocido.
El la presionó en su palma y habló:
“Wendell, este no es un lugar
Para ti y para mí”. Y entonces sonrió:
Reconocimos su terquedad
Era su principio dudar
De cualquier atisbo de satisfacción.
“El grano está en el granero”, dije yo,
“la helada matutina ha llegado a los campos,
Y he vuelto para aceptar,
Si puedo, lo que ninguno de nosotros pudo prevenir”
El permaneció, recordando, sopesando el coste
De la división a la que habíamos llegado,
Sus dedos descansando en la tierra
Que sostenía ligeramente amontonada en su palma.
Me pareció que se desprendía
De su propia confusión, y asumía
Por una última vez, en una última amabilidad,
La obligación del hombre más viejo.
Meneó su cabeza. “El deseo que tuve
En la mañana y en primavera,
Nunca lo gasté. Tendría
El deseo, si hubiera tenido la fuerza.
Pero escucha- lo que preparamos
Tener, lo tenemos.”
Alzó sus ojos
“Mira”, dijo
3.
Estamos en un alto,
Los bosques sobre nosotros y debajo
Sobre una pendiente a medio segar nos vimos
Como fuimos una vez: un hombre joven segando,
Un niño buscando con un hacha.
Era un antiguo campo abandonado,
Hace tiempo poblado con brezos y tocones,
Lo limpiamos en el vapor caluroso
De la mitad de aquel verano: el, orgulloso
De la inteligencia del terreno aclarado,
Y yo, orgulloso en su alabanza.
“Yo quiero”, dije, “que nosotros podamos volver
A este buen tiempo de nuevo”
“Nosotros estamos de vuelta allí, hoy
Y siempre. ¿En dónde estaríamos si no?”
Sonrió, me miró y supe
Que me condujo a través de mi mente.
Habló de alguna infinitud
De pensamiento.
Me llevó a otra
Colina más allá de otros bosques,
Iluminada solo por las estrellas. Más viejos
Ahora, el hombre y el niño tumbados
Sobre sus espaldas en la profunda hierba, tranquilamente
Hablando. En la distancia se movía
El latido de un sabueso con voz profunda.
Otras voces se unieron a aquella:
Otro lugar, un tiempo posterior,
Un fuego de caza entre los árboles,
Caras vueltas a la llama, risa
Y después silencio, mientras en la oscuridad
A nuestro alrededor yacían largos alientos de sueño.
4.
Y entonces, uno por uno, me llevó
A través de todos los campos de nuestras vidas,
Preparativos, plantaciones, cosechas,
Cuadrillas bromeando en el final de las hileras,
El recipiente con el agua pasando como un beso.
Habló de nuestra historia pasando a través nuestro,
La forma en que las generaciones de nuestras familias
Se cruzaban, la gran enseñanza
Viniendo por obra de la compañía:
Caracteres de campos y tiempos y hombres,
Cualidades de devoción y de trabajo-
Fascinaciones sin fin, pasiones
Antiguas como la mente, nuevas como la luz.
Todos nuestros años alrededor, cercanos,
Lo vi furioso y exigente,
Como la mayoría de los hombres, y vi la virtud
Que le hizo distinto de la mayoría.
Fue su pasión de atender
A la condición del Otoño-
De vivir por el sudor de su rostro, de comer
Su pan, seguro de que su coste se había pagado.
5.
Llegamos entonces a este tiempo de pena,
Cuando la luz temprana de la mañana mostró,
como siempre, el mundo dulce, y todo
Lo que hábiles y bien intencionados hombres
Eran capaces por la noche, y su fuerza fracasando
Antes de la luz. Su cuerpo comenzó
Demasiado pronto su viaje hacia la tierra,
Lleno de gravedad, y aun así su mente
Mantuvo su vieja vía.
De nuevo, en el sol,
de su última cosecha, le oí decir:
“¿Quieres hacer tú esta fila,
Y dejarme hacerte sitio a ti?
Vi el mundo delante de él
Por primera vez, y lo vi
Como él ya lo había visto,
Sin él. Fue una visión
Que no podría tener sin llorar.
Me alcanzó y me habría tocado
Con sus manos, aunque no pudiera.
6.
Finalmente, me llevó a una colina
Sobre los campos que una vez
Le pertenecieron, a los que una vez
Perteneció. “Mira”, dijo de nuevo
Supe que quería que viera
Los años de cuidado que aquel lugar tuvo,
Porque su historia depositó sobre él un florecimiento
Una bendición
El tiempo y el lugar tan próximos,
Nosotros éramos casi los hombres que contemplábamos.
El final del verano cantó en la luz
Hablamos de la muerte y la obligación
De la brevedad de las cosas y los hombres.
Las palabras nunca se movieron tan pesadas
Entre nosotros, o nos costaron más. Callados
Y aquel hombre que tenía la muerte
En él, y lo sabía, tranquilamente dijo:
“Bien. Es un mundo fascinante,
Después de todo”.
Su vida tan poderosamente
Estuvo allí en presencia de su lugar
Y trabajo y tiempo, que yo no podía
Comprender sino con pesar
Que solo su espíritu hablaba ahora conmigo.
En la misma hora que murió, le dije,
Antes de conocer su muerte, el pensamiento
De los años por venir que me había llegado
Como una llamada. Pensé en la curación,
Salud, amistad continuada,
Reunión de generaciones, nuestros buenos tiempos
Alcanzando el mejor de todos.
7.
Mi mente se sobrecargó con cuestiones
Que no podía proferir. Me pareció
Que habíamos regresado ahora al oscuro
Valle donde nuestra jornada comenzó
Pero una inteligencia brillante
Estaba en su cara. La visión interior le movía
Como una vez le movió la luz del día.
Los mejores maestros enseñan más
De lo que saben. Por sus muertes
Enseñan más. Nos conducen más allá
De lo que sabemos, y de lo que supieron.
Así mi maestro. Mi viejo amigo
Permaneció sonriendo delante de mí, plenamente
Movido por lo que le había movido en parte
En el mundo.
De nuevo la compañía de los muertos
Nos rodeó, como en una danza.
Y fui consciente ahora de los no nacidos
Moviéndose entre ellos. Cuando se volvían
Pude ver sus cuerpos venir a la luz
Y desaparecer de nuevo en la multitud oscura.
Se movían hacia una distante o suspendida
Canción que intentaba pero no podía oír.
“Nuestro camino no tiene fin”, dijo mi maestro
“El Creador está dividido en la Creación
Por las alegrías del reconocimiento. Nosotros conocimos
Aquel Espíritu en cada uno una vez;
Nos trae aquí. Por sus divisiones
Y regresos, el mundo vive
Ambas la mente y la tierra están hechas
de lo que su luz da y usa.
Así contiene alegría, sobrevive a su coste.
La muerte abraza, como el dolor sabe.
Somos lo que hemos perdido.”
Hay una canción en la Creación
Ha sido siempre el regalo
De cualquier voz dotada, aunque nadie
La cantó. Cuando él habló
Yo oí aquella voz. En sus cambios y retornos
Su vida estaba pasando a la vida.
En aquel instante, tierra y canción y mente,
Los vivos y los muertos se unieron.
8.
Al fin, completo en su descanso,
Como uno que ha trabajado y se ha bañado, alimentado
Amado y dormido, dejó caer
Aquella amada tierra que yo le había traído.
Alzó su mano y me devolvió a mi camino.
Y yo, heredero de lo que perdí,
Volví de regreso a la luz del día.
WB (from The Wheel, 1982)
(traducción Guillermo Ruiz)