Wednesday, December 08, 2021

PERSONAS Y PARADIGMAS ((II), MANDELSTAM Y STALIN)

MARIAN ANDERSON Y OSSIP MANDELSTAM (I): LA SUFICIENCIA INTELECTUAL DE LA ESCLAVITUD: "Hay algo en la conciencia de los ilustrados que no les permite soportar la noción de la superioridad moral de los demás.Se resignan a la ...


¿Podría quizás introducirse la filosofía en el siglo XX -¿y en el XXI?- con la lucha entre Mandelstam y Stalin? ¿O está ello muy alejado del prestigio de la suficiencia intelectual de la esclavitud? Heidegger, por ejemplo, parece que dijo que Paul Celan no era suficientemente fuerte. ¿Podría haber dicho lo mismo de Mandelstam? Ajmatova fue obligada a escribir poemas laudatorios de Stalin, pero el poema de Mandelstam ya había sido escrito.

"Hay algo en la conciencia de los ilustrados que no les permite soportar la noción de la superioridad moral de los demás.Se resignan a la existencia de un primer secretario del partido o de un führer como si fueran un mal necesario, pero cuestionarían ansiosamente a un profeta. Presumiblemente eso es así porque ser considerado un esclavo resulta menos descoranozador que enterarte de que eres un cero a la izquierda.Después de todo no se debería pegar a un perro apaleado.Y sin embargo, un profeta pega a un perro caído no para acabar con él, sino para ponerlo otra vez de pie.La resistencia a estos golpes, el cuestionamiento de las afirmaciones y acusaciones de un escritor, no surgen del deseo de verdad, sino de la suficiencia intelectual de la esclavitud.En este caso, lo peor para los ilustrados no es que la autoridad sea moral sino también cultural, como fue el caso de Nadiezhda Mandelstam."

(Joseph Brodsky, Prólogo (1981) a "Contra toda esperanza", de Nadiezhda Mandelstam)

Los labios de Ossip Mandelstam se mueven todavía en el poema sobre Stalin -y en los demás-. Solo la suficiencia intelectual de la esclavitud continúa sin oírlos:

POEMA DE MANDESLTAM SOBRE STALIN

Vivimos insensibles al suelo bajo nuestros pies,

Nuestras voces a diez pasos no se oyen.


Pero cuando a medias a hablar nos atrevemos

Al montañés del Kremlin siempre mencionamos.


Sus dedos gordos parecen grasientos gusanos,

Como pesas certeras las palabras de su boca caen.


Aletea la risa bajo sus bigotes de cucaracha

Y relucen brillantes las cañas de sus botas.

 

Una chusma de jefes de cuellos flacos lo rodea,

Infrahombres con los que el se divierte y juega.

 

Uno silva, otro maúlla, otro gime,

Solo él parlotea y dictamina.

 

Forja ukase tras ukase como herraduras

A uno la ingle golpea, a otro en la frente,

En el ojo, en la ceja,

 

Y cada ejecución es un bendito don

Que regocija el ancho pecho del Osseta

(Traducción de Lydia Kúper)

 

El poema, compuesto en noviembre de 1933, fue la causa de la primera detención y, finalmente, de la muerte del poeta.





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