Monday, November 23, 2020

27 DE JUNIO DE 2020-22 DE NOVIEMBRE DE 2020: EL CONTRATO NATURAL

 

Con qué infinita fe y promesa y moderación comienza cada nuevo día


HDT

Diario 12 de Agosto de 1851

(Primera vez aquí el 31 de marzo de 2013. ¿Domingo de Resurrección?)




En este mundo, todo duerme. En los otros mundos, todos los solitarios velan ¿Dónde se puede respirar aire más puro? Los indolentes se asocian en el mundo común. En otras partes los vigilantes se dispersan.

Así, cuando pienso, sólo pienso verdaderamente en y gracias a uno de esos otros mundos, donde solo habitan y pasan, donde solo existen vigilancias. La verdad, el pensamiento, el sentido, incluso la vigilia se ganan a la muerte, pues nada como ella invade más completamente un espacio y obliga, paso a paso a la virtuosidad. Instigadora, instintiva, educadora, sólo ella, como el hambre, nos enseña lo que hay que saber. El verbo educar significa precisamente conducir a otra parte, al exterior, fuera de este mundo: de hecho, zarpar.

Aquí, me amodorro, en este mundo reposo. Aquí yace.

Todos mis relatos y la totalidad del universo se invierten: la seguridad adormece, la vida diaria se entrega a la muerte, esa en la que la ordinaria estupidez, repetitiva y limitada, dormita, drogada, atada, mientras que los otros mundos se pueblan de vivaces y de vivos. Tensos. En suma, este mundo solo muere a causa de los dormidos. La muerte vivifica la vida, que muere por carecer de ella. Partir-hacia la naturaleza-para nacer.

Diseminada por todas partes, tras cada roca, bajo el pliegue que hace la ola, dispuesta a morderos las nalgas, la muerte empuja a la acción continuamente excelente: adiestramiento más que perfecto; sin salir jamás de su escuela implacable, la existencia valerosa se entrega a la obra. He ahí el secreto de toda producción, he ahí por qué la cultura sólo encuentra refugio en los terceros mundos. A la buena vida sólo le interesa la muerte, que, a cambio, la modela.

Superados los otros mundos que excitan a éste, hacia ella, nuestro origen, zarpamos nuevamente. Para renacer.

(Michel Serres, El Contrato natural (Cuerdas, desenlace,¿Primera o última salida? Traducción José Vázquez Pérez y Umbelina Larraceleta)


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