Friday, May 15, 2020

MEMORIA RESPIRATORIA (IX) (YVES BONNEFOY) : LA HORA PRESENTE


(Fotografía de Joumana Haddad CCBY)

Releído en la hora presente todos los textos aquí recogidos del autor de Tours:

"HORA PRESENTE, NO RENUNCIES,
RECOBRA TUS PALABRAS DE LAS MANOS ERRANTES DEL RELÁMPAGO,
ESCÚCHALAS HACER DE LA NADA LENGUAJE,
ARRIÉSGATE
INCLUSO EN LA CONFIANZA QUE NO ES PRUEBA DE NADA,
LÉGANOS NO MORIR DESESPERADOS"


(La larga cadena del ancla.La hora presente.Galaxia Gutemberg. Traducción de Enrique Moreno Castillo)

UNA VOZ

Amigo, todo eso,
Vivir, eso que enlaza
Ayer, nuestra ilusión,
Con mañana, nuestras sombras.

Todo eso, y que fue
Tan nuestro, pero que
Solo es hueco de manos
donde no queda agua.

¿Todo eso? y lo máximo,
Nuestra felicidad:
Vuelo torpe de abubilla
En la hondonada de las piedras.

Yves Bonnefoy
Las tablas curvas. Hiperión 2003
Traducción de Jesús Munárriz
(20 abril 2008)

Y si queda
Algo distinto a un viento, a un arrecife, a un mar,
Yo sé que tú serás, aun por la noche,
El ancla echada, los pasos titubeantes en la arena,
La leña recogida, y la chispa
Bajo las ramas mojadas, y en la inquieta
Espera de la
 llama insegura,
La primera palabra tras el largo silencio,
El primer fuego que prender al pie del mundo muerto.

“La premièr parole après le long silence,
Le premier feu à prendre au bas du monde mort”

Yves Bonnefoy ( de “Las tablas curvas”. Hiperion, traducción de Jesús Munárriz)

(Primera vez aquí el 9-02-2014)

La sociedad sucumbirá si la poesía se extingue

Yves Bonnefoy
(15 mayo 2014)

Cómo lograr que hacerse viejo sea renacer,
Para que la casa se abra, desde el interior,
Para que no sea la muerte quien eche afuera
Al que pedía un lugar de nacimiento?

Yves Bonnefoy (Tours, Indre y Loira, 24 de junio de 1923-París,1 de julio de 2016)

(Las tablas curvas, La casa natal, fragmento. Traducción Jesús Munárriz. Primera vez aquí el 8 de junio de 2014)

Igual que en la elocuencia de las épocas
En que se colocaban en vísperas de fiesta
En lo alto de las columnas de los salones
Guirnaldas de hojas y frutos.

Yves Bonnefoy
(18 octubre 2014)

Y estos teólogos saben pues
que dios se acerca a ellos,
día y noche; que se desliza en sus pupilas
cuando abren los ojos, se convencen
de que ambiciona sus recuerdos,
su alegría,
que quiere despojarlos incluso de su muerte.

Y todo su pensar, toda su vida,
consiste en rechazarlo, en decir no
a las manos inmensas.
"Aléjate, le gritan,

aléjate en lo árboles,
aléjate en el soplo del viento que va errante,
aléjate en el azul y en el ocre rojizo,
aléjate en el sabor de los frutos,
aléjate
incluso en el cordero trémulo del sacrificio”

(El aún ciego, Yves Bonnefoy, traducción de Jesús Munárriz)
(8 febrero 2015)

 "El árbol de la calle Descartes":

Caminante,
mira este gran árbol y mira a través de él,
eso puede bastar.

Pues hasta roto y sucio, el árbol de las calles
es toda la naturaleza, todo el cielo,
el pájaro en él se posa, el viento se agita, el sol
dice allí la misma esperanza, a pesar de la muerte.

Filósofo,
ya que tienes la suerte de tener el árbol en tu calle,
tus pensamientos serán menos arduos, tus ojos más libres,
tus manos más deseosas de menos noche.

Yves Bonnefoy (traducción de Enrique Moreno Castillo)

Encontrado también la versión inglesa y francesa del poema "La luz, cambiada", del mismo autor:

Ya no nos vemos uno a otro en la misma luz,
Ya no tenemos los mismos ojos, las mismas manos.
El árbol está más cercano, y el sonido del agua más vivaz,
Nuestros pasos son más profundos, entre los muertos.

Dios, quienes no somos, pon tu mano sobre nuestro hombro,
Arroja sobre nuestro cuerpo el peso de tu retorno,
Termina mezclando nuestras almas con estas estrellas
Estos bosques, estos gritos de pájaro, estas sombras y estos días.

Renuncia a ti en nosotros como la fruta se desprende,
Haznos desaparecer en ti .Revélanos
El significado misterioso en lo que es meramente simple
Y habría caído sin fuego en palabras sin amor.

Yves Bonnefoy 
(traducción Guillermo Ruiz)

(11 de marzo de 2018)

"Una definición del lenguaje: un aquí que respira y expira la lejanía, medusa con las dimensiones de un mar  que sería el mundo.

(...) 


Y cuando de pronto el allá nos falta porque aquí hay nieve, la nieve súbita y total, con un viento que agita la luz, he aquí que por fin el horizonte está con nosotros, lo tocamos lo atravesamos a ciegas una y otra vez, bebemos su aire fresco, es la dicha de la nieve.


Horizonte, una palabra que sin embargo no me gusta, quisiera otra. Una palabra que desde su reborde escarpado, tendería la mano a nuestro discurso para que pueda trepar hasta ella, en lo invisible.Una palabra que favorecería entre nosotros al pintor del paisaje, asegurándole el futuro que necesita la tierra y que ella espera, la tierra que morirá acaso cuando la vea romperse un día, como una copa que ha rodado a su lado"

(Observaciones sobre el horizonte, Yves Bonnefoy. Traducción Enrique Moreno Castillo)
(7 de abril 2018)

¿Quién hubiera pensado , en tiempos,
Amiga mía,
Cuando el pastor hacía avanzar  a sus animales bajo el cielo,
Y lavaba, cuando ya era de noche,
La ubre hinchada de la oveja temblorosa,
Que un día tendríamos vergüenza de las palabras?

Que nombrando las cosas que existen
Pudiera uno sentirse culpable,

Incluso que por decir, mira,
Niño,
Pudiera uno creerse culpable,

Y es verdad que la nieve cae y cubre la nieve,
Que el relámpago merodea por entre nuestras sombras en la
Blancura de la nieve,

Y que por todas partes se grita y se mata.

Pero, amiga mía,
Intentemos amar el nombrar todavía esta mañana.

Vayamos
Por esos bosques cuyas ramas la noche ha llenado de escarcha,

Y mira, el agua fluye en el arroyo, con un leve rumor,
Y sin embargo, todavía ayer, tú la veías
Prisionera del frío, completamente inmóvil.

(El desorden, fragmento. Yves Bonnefoy (La larga cadena del ancla (2008), traducción de Enrique Moreno Castillo)
(1 de julio 2018)



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