Wednesday, November 01, 2017

CAMPOSANTO: EL POEMA




A medida que las tardes se hacen más cortas, y la noche temprana nos conduce a casa para completar nuestras rutinas, somos advertidos de la fugacidad de la vida y nos volvemos más pensativos, al menos en el ocaso del año. Somos urgidos a ir más deprisa y finalizar nuestro trabajo antes de que llegue la noche. Me apoyé sobre una traviesa en el ocaso en el camino Walden, esperando a que el correo vespertino fuera distribuido, cuando tales pensamientos me visitaron. Parecí reconocer la tarde de Noviembre como una cosa familiar que pudiera volver de nuevo, y aun así difícilmente podría decir si la había conocido o solamente la imaginé. ¡Los ocasos de Noviembre recién comenzados!


Apareció como parte de un panorama al que me senté como espectador, una parte a la que era perfectamente familiar revelándose, y anticipé como parecería y se desplegaría, y me preparé para ser agradado. Simplemente tal pieza de arte meramente, aunque infinitamente dulce y grande, se me apareció, y fueron mínimas las obligaciones activas requeridas de mí. Somos independientes de todo lo que vemos. El hombre colgado que he visto no me puede enterrar. Tal desdoblamiento y distancia proporciona visión. Solamente los ricos y los que resultan perturbados por la saciedad están implicados en el laberinto de los fenómenos. No puedes ver nada hasta que no lo has perdido de vista.


La larga línea del ferrocarril a través del soto a mi oeste, el ocaso sereno en el cual a duras penas se oye una cigarra, el oscuro banco de nubes en el horizonte después de la puesta,los vecinos agolpándose en la oficina de correos, y el apresuramiento a la casa para cenar a la luz del candil, ¡ no he visto esto antes! Qué nueva dulzura extraigo de ello? Verdaderamente significan que debemos aprender nuestra lección bien. La Naturaleza se señala como un viejo libro de pronunciación. La casa de los pobres y Frederik estaban tan tranquilas como el último Noviembre.


No estaba más próximo, creo, ni más lejano de mis amigos. Aun así me senté en el banco con pleno contento, dispuesto a no cambiar la visión familiar que se iba a desplegar por cualquier tesoro o cielo que pudiera ser imaginado. Seguro de mantener todavía la distancia en nuestras orbitas, en obediencia a las leyes de la atracción y repulsión, proporcionando al otro solo la fija pero indispensable luz de estrella. Era como si me hubieran prometido la mayor novedad que el mundo ha visto o verá, aunque la mayor novedad posible sería la diferencia conmigo mismo hace un año. Solo esto me animaba, y era mi combustible para el invierno que viene. Que podamos contemplar el panorama con esta ligera mejora o cambio, esto es para lo que mantenemos la vida con tanto esfuerzo de año en año.

HDT
Diario 1 de noviembre de 1858
(traducción Guillermo Ruiz) 

Escribir es rezar.Y leer es una plegaria.
Joan-Carles Mèlich


Nosotros somos el verdadero Totenacker (campo de los muertos, camposanto), el verdadero suelo de los muertos. Ellos quieren ser enterrados en los corazones, lo agradecen, y esa circunstancia proporciona a familias y a pueblos la fuerza para peregrinar por el tiempo.



Llegando tarde, como siempre,
Trato de recordar lo que ya oí.
La luz evita mi ojo.

Cuantas veces he oído las cerraduras que se cierran
Y la alondra coger las llaves
Y colgarlas en el cielo.


– W. S. Merwin, “The Poem” from The Moving Target (1963), also found in The Second Four Books of Poems (Copper Canyon Press, 1993) and The Essential W.S. Merwin  (Copper Canyon Press, 2017).

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