A medida que las tardes se hacen más cortas, y la noche
temprana nos conduce a casa para completar nuestras rutinas, somos advertidos de
la fugacidad de la vida y nos volvemos más pensativos, al menos en el ocaso del
año. Somos urgidos a ir más deprisa y finalizar nuestro trabajo antes de que
llegue la noche. Me apoyé sobre una traviesa en el ocaso en el camino Walden,
esperando a que el correo vespertino fuera distribuido, cuando tales
pensamientos me visitaron. Parecí reconocer la tarde de Noviembre como una cosa
familiar que pudiera volver de nuevo, y aun así difícilmente podría decir si la
había conocido o solamente la imaginé. ¡Los ocasos de Noviembre recién
comenzados!
Apareció como parte de un panorama al que me senté como
espectador, una parte a la que era perfectamente familiar revelándose, y
anticipé como parecería y se desplegaría, y me preparé para ser agradado.
Simplemente tal pieza de arte meramente, aunque infinitamente dulce y grande,
se me apareció, y fueron mínimas las obligaciones activas requeridas de mí.
Somos independientes de todo lo que vemos. El hombre colgado que he visto no me
puede enterrar. Tal desdoblamiento y distancia proporciona visión. Solamente
los ricos y los que resultan perturbados por la saciedad están implicados en el
laberinto de los fenómenos. No puedes ver nada hasta que no lo has perdido de
vista.
La larga línea del ferrocarril a través del soto a mi oeste,
el ocaso sereno en el cual a duras penas se oye una cigarra, el oscuro banco de
nubes en el horizonte después de la puesta,los vecinos agolpándose en la
oficina de correos, y el apresuramiento a la casa para cenar a la luz del
candil, ¡ no he visto esto antes! Qué nueva dulzura extraigo de ello? Verdaderamente
significan que debemos aprender nuestra lección bien. La Naturaleza se señala
como un viejo libro de pronunciación. La casa de los pobres y Frederik estaban
tan tranquilas como el último Noviembre.
No estaba más próximo, creo, ni más lejano de mis amigos.
Aun así me senté en el banco con pleno contento, dispuesto a no cambiar la visión
familiar que se iba a desplegar por cualquier tesoro o cielo que pudiera ser
imaginado. Seguro de mantener todavía la distancia en nuestras orbitas, en
obediencia a las leyes de la atracción y repulsión, proporcionando al otro solo
la fija pero indispensable luz de estrella. Era como si me hubieran prometido
la mayor novedad que el mundo ha visto o verá, aunque la mayor novedad posible
sería la diferencia conmigo mismo hace un año. Solo esto me animaba, y era mi
combustible para el invierno que viene. Que podamos contemplar el panorama con
esta ligera mejora o cambio, esto es para lo que mantenemos la vida con tanto
esfuerzo de año en año.
HDT
Diario 1 de noviembre de 1858
(traducción Guillermo Ruiz)
Escribir es rezar.Y leer es una plegaria.
Joan-Carles Mèlich
Nosotros somos el verdadero
Totenacker (campo de los muertos, camposanto), el verdadero suelo de los
muertos. Ellos quieren ser enterrados en los corazones, lo agradecen, y esa
circunstancia proporciona a familias y a pueblos la fuerza para peregrinar por
el tiempo.
Llegando tarde, como siempre,
Trato de recordar lo que ya oí.
La luz evita mi ojo.
Cuantas veces he oído las
cerraduras que se cierran
Y la alondra coger las llaves
Y colgarlas en el cielo.
– W. S. Merwin, “The Poem” from The
Moving Target (1963), also found in The
Second Four Books of Poems (Copper
Canyon Press, 1993) and The
Essential W.S. Merwin (Copper Canyon Press, 2017).