Sunday, December 18, 2016

7 DE SEPTIEMBRE TODAVÍA




Hay barras o rayos de luz nebulosa brotando desde el horizonte del oeste  donde el sol ha desaparecido, y alternando  con bellos rayos azules, de lejos más azules que cualquier otra porción del cielo, estos continúan divergiendo hasta que alcanzan el medio y entonces convergen al horizonte del este –haciendo una figura simétrica como las divisiones de un melón-no muy brillantes pero distintas-aunque haciéndose menos y menos brillantes hacia el este. Era un destacable fenómeno abarcando los cielos, como si estuvieras contemplando las divisiones de un melón alternativamente coloreadas desde el interior. Una visión propia-una niebla coloreada. La cosa más bella en la Naturaleza es el sol reflejado desde una nube repleta. Estas costillas blancas y azules abrazan la tierra. Los dos azules extremos mucho más brillantes y emparejados.Oyes el zumbido de los mosquitos.

Yendo camino arriba. El sonido de las cigarras es ahora mucho más universal y alto. Ahora en los campos veo la blanca franja de la neottia en la penumbra. Los chotacabras cantan muy lejos. Huelo a tierra quemada en algún lugar. En Tupelo Cliff oigo el sonido de cantantes en el río mujeres y hombres jóvenes-lo que es inusual aquí-regresando de su remo. La voz así pronunciada del hombre se adapta bien a los espacios. Llena la Naturaleza. Y después de todo el canto de los hombres es algo mucho más grande que cualquier sonido natural. Es sorprendente que los hombres no canten más a menudo en los campos-por el día y por la noche. Me baño en la parte norte del risco mientras la luna brilla al final de la roca-el risco opuesto está reflejado en el agua. Entonces me siento en la parte sur del risco en los bosques. Una o dos fireflies-podría ser una luciérnaga. Pensé haber visto una o dos en el aire (-esto es todo en este paseo).Oigo a un chotacabras emitir un cloqueo de sospecha en mi espalda. Es cauto e inquisitivo. El río se extira desde mí hacia el sur. Veo las porciones brillantes de su playa oeste interrumpidamente por un cuarto de milla-donde la luz de la luna es reflejada desde los senderos-una luz fuerte y brillante mientras el agua está perdida en la oscuridad.

Oigo el sonido de vez en cuando de un pez que salta-o una rana- o una rata de agua o una tortuga. Es incluso más caluroso pienso que en Agosto.- y el aire es perfectamente claro. No sé cómo este universal crepitar de la cigarra debería sonar regularmente intermitente-como si en su mayor parte se unieran y crepitaran a la vez-haciendo un cierto sonido pulsante, una especie de respiración o pálpito de toda la naturaleza.

Te sientas veinte pies por encima del río en calma, ves los senderos brillantes y la luna y algunas copas de árboles en el horizonte distante. Estas copas de árboles se añaden con grandeza a lo prístino.

HDT
(Diario 7 de septiembre de 1851,todavía) 

(traducción Guillermo Ruiz)

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