Saturday, June 06, 2015

SETECIENTOS MILLONES DE RINOCERONTES


“Sigue enamorado de los vivos que ya no están disponibles como vivos, pero que siguen existiendo en cuanto perdure tu enamoramiento. Da igual que no están vivos si te siguen enamorando.
Los muertos vuelven a ver los vivos.
Y cuando regresan toman la forma de un rinoceronte.
Las abadas viudas. La gente que murió. Sin los muertos, sin su memoria, la vida de los vivos es aburrida y no tiene poesía.
Y aquel niño que hablaba con su padre, y su padre que vivía en 1956, viajando por el tiempo.”

(Manuel Vilas, Setecientos millones de rinocerontes. Alfaguara 2015. 5. Rinos y abadas muertos)

“El escritor rumano Eugène Ionesco escribió una obra de teatro titulada Rinoceronte, donde se maltrataba a este animal.

(...)

Nunca volverás a ser quien fuiste.

Y puede que no soportes eso. Puede que no soportes la presencia de ese rinoceronte.

Vivir es convertirse en setecientos millones de rinocerontes.”

(Manuel Vilas, Vivir es un rinoceronte)


It must be I want life to go on living
-Robert Frost, "The Census Taker"




Uno no aprende pronto el comercio de la vida. Que uno pueda sacar adelante una verdadera vida requiere más arte y habilidad delicada que cualquier otro trabajo. Necesita tanto los finos dedos de mujer como la dura mano del granjero. El trabajo diario demasiado a menudo endurece el pericarpo del corazón tanto como la mano. La gran familiaridad con el mundo debe manejarse hábilmente, para que no se salga con la suya y nos prive de alguna susceptibilidad. La experiencia nos priva de nuestra inocencia y la sabiduría de nuestra ignorancia. Permítasenos elegir en el mundo sin aprender sus caminos.

(...) 


Desearía que pudiera ser tan sereno como es Dios. Puedo convocar a mi mente la hora estival más serena en la que la cigarra canta sobre los gordolobos, y hay un valor en aquel tiempo cuya memoria es armadura que puede sonreír a cada golpe de la fortuna. Un hombre debería salir de la naturaleza con el canto del saltamontes y el trino del veery resonando en su oído. Estos sonidos terrestres solo morirán durante una estación, como las cuerdas del arpa vibran y resuenan. La muerte es aquella expresiva pausa en la música del estallido. Yo sería tan limpio como vosotros, bosques. No descansaré hasta ser tan inocente como vosotros. Sé que antes o después lograré una inocencia sin mácula, porque cuando considero tal estado, incluso ahora, estoy encantado. Si fuéramos suficientemente sabios deberíamos ver cuál es la virtud con la que estamos endeudados por cualquier momento más feliz que podamos tener; sin duda que la hemos ganado alguna vez. Estos movimientos ubicuos en la naturaleza deben ser seguramente las circulaciones de Dios.


(...)



Lo que todos nosotros hacemos, nadie puede decirlo, y cuando algún hablante afortunado profiere una verdad de nuestra experiencia y no de nuestra especulación, pensamos que debe haber tenido para ayudarle las nueve Musas y las tres Gracias. Me puedo alargar mucho cuando vengo a la amplitud de Chaucer; y pienso “Bien, yo podría ser el amigo de este hombre”, porque él caminó en aquel lugar común y retirado en el que yo lo hago, y no fue demasiado bueno para vivir. Me siento apenado cuando se destacan hechos no viriles que pudiera haber cometido, porque ello resta de su amplitud y humanidad.

HDT

(traducción Guillermo Ruiz, Diario 29 de Diciembre de 1841)





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