Sunday, February 01, 2015

LOS ANADES/LOS EMPLAZADOS



En un día de invierno el sol es casi la totalidad en todo.

Presencio una belleza en la forma y color de las nubes que se dirige por sí misma a mi imaginación.- y para la cual tú das cuenta científicamente a mi entendimiento-pero así no das cuenta de ello a mi imaginación. Es aquello que sugiere y es el símbolo de aquello que me importa-y si por cualquier medio de tu ciencia le robas su simbolismo no me prestas ningún servicio y no explicas nada.

Yo, estando a una distancia de 20 millas, veo una nube púrpura en el horizonte. Me dices que es una masa de vapor que absorbe todos los rayos restantes y refleja el rojo-pero esto no es nada apropiado-porque esta visión roja me excita, acelera mi sangre-hace que mis pensamientos fluyan-y tengo nuevas e indescriptibles imaginaciones y tú nos has rozado el secreto de esta influencia. Si no hay nada místico en tu explicación-algo inexplicado-algún elemento de misterio, es bastante insuficiente. Si no hay nada en ella que le hable a mi imaginación-qué ofrece. Qué clase de ciencia es ésta que enriquece el entendimiento para robar a la imaginación. No meramente le roba a Peter para darle a Paul, sino que le quita a Peter más de lo que siempre le da a Paul.

Esta es simplemente la forma en que habla el entendimiento y  la cuenta que el entendimiento da de ello-pero no es la forma en que habla la imaginación y no es la cuenta que la imaginación da de ello. Así de inadecuada sería para un mecánico puro la cuenta que un poeta pudiera dar de una máquina de vapor.

Si entonces conocemos todas las cosas así, de forma meramente mecánica, ¿conoceremos alguna cosa realmente?

HDT

(Diario 25 de Diciembre de 1851, fragmento. Traducción Guillermo Ruiz)


UNO. Claro que sí. No importaba cómo se llamara una persona.
OTRO. ¿Y el nombre no tenía entonces nada que ver con la hora?.
UNO. En absoluto. No se sabía la hora.
OTRO. No lo entiendo, ¿quieres decir que ni un solo hombre, tenía idea de en qué momento iba a morir?
UNO. Exactamente. Ni uno solo.
OTRO. Pero ahora dime, hablando en serio, ¿puedes imaginarte algo semejante?
UNO. Francamente, no. Por eso lo encuentro tan interesante.
(…)
UNO. Pues nosotros hemos avanzado un poquito más.
OTRO.¿Un poquito? No podemos llamar seres humanos a esa gente.
UNO. Y, sin embargo, pintaban, escribían y componían música. Entre ellos había filósofos y grandes espíritus.
OTRO. Es ridículo. El más humilde de nuestros zapateros es un filósofo más grande, pues sabe qué va a ocurrirle. Puede distribuir exactamente el tiempo que ha de vivir y hacer planes sin miedo, está seguro de su tiempo de vida y puede confiar en la cifra de sus años tanto como en sus piernas.
UNO. Creo que la revelación de la hora es el mayor progreso que ha habido en la historia de la humanidad.
OTRO. La verdad es que antes eran salvajes. Pobres diablos.
UNO. Bestias

(Elías Canetti, (“Die Befristeten”) Los emplazados (1952, Prólogo. Traducción de Juan José del Solar)



En el río (Duero), en el agua de color tierra, bajo la nieve, el frío y el temporal nadaban ajenos, tranquilos y juntos, una pareja (macho y hembra) de ánades (azulón)

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