Sunday, June 08, 2014

PARA QUE NO SEA LA MUERTE




La belleza misma, en su lugar de nacimiento,

Cuando aún no es más que verdad.

Belleza y verdad, pero aquellas altas olas

Sobre los gritos que se obstinan.¿Cómo mantener

Audible la esperanza en el tumulto,

Cómo lograr que hacerse viejo sea renacer,

Para que la casa se abra, desde el interior,

Para que no sea la muerte quien eche afuera

Al que pedía un lugar de nacimiento?



Yves Bonnefoy



(Las tablas curvas, La casa natal, fragmento. Traducción Jesús Munárriz)



Sospecho que el niño coge su primera flor con una penetración en su belleza y significado que el botánico posterior nunca conserva



HDT



Diario 5 de Febrero de 1852



Diario 17 de Septiembre de 1839



La Naturaleza nunca se apresura; sus sistemas se mueven con velocidad uniforme. El brote vegetal crece imperceptiblemente, sin apresuramiento o confusión, como si los días cortos de la primavera fueran una eternidad. Todas sus operaciones parecen separadas del tiempo, el objeto sencillo por el cual todas las cosas permanecen.¿Por qué, entonces, debería el hombre apresurarse como si cualquier cosa distinta de la eternidad estuviera disponible para la más mínima tarea?. Si el sol saliente parece apresurarle para mejorar el día mientras dura, el canto de las cigarras no falla en confortarle, medido como ancestralmente uniforme, enseñándole a tomar su propio tiempo desde ahora hasta siempre. El hombre sabio es reposado, nunca agitado o impaciente. Abraza cada momento allí donde se encuentra, como algunos caminantes apoyan todo su cuerpo a cada paso, mientras otros nunca relajan los músculos de su pierna hasta que la fatiga acumulada les obliga a parar pronto.


De la misma manera que el sabio no está ansioso de que el tiempo le espere, tampoco él espera al tiempo.



HDT



(Traducción Guillermo Ruiz)



(primera vez aquí el 19 de Septiembre de 2007)


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