Saturday, February 25, 2012

DIARIO 9 DE ABRIL DE 1856

DIARIO 9 DE ABRIL DE 1856


P.M. Vía del tren arriba. Un día muy cálido. Voy un poco a la derecha de la vía y me siento allí en el cálido talud, por encina de la ancha, cristalina y poco profunda charca, sobre la arena. Oigo a una rana (hyla) croar débilmente varias veces. Este es, por tanto, un grado de calor suficiente para la rana. Es la primera de su raza en despertar al nuevo año y rasgar las soledades con su voz. Ella se llevará la medalla este año. La oyes pero nunca la encontrarás. Esta abajo, en algún lugar entre el cárex seco y las matas de aliso, a la orilla del agua, ¿pero dónde?.Desde ese recinto sonó su agudo canto, pero ahora está callada y la promesa de un reino no la haría aparecer de nuevo.

Las comunicaciones de los dioses con nosotros son todavía dulces y profundas, desde luego, pero escasas y fugaces-suficientes solo para guardar viva la memoria del pasado.Reparé en cómo mucha gente mayor murió con la aproximación de la primavera. Se dice que cuando la savia comienza a fluir en los árboles nuestras enfermedades se hacen más violentas. Ahora avanza hacía el verano rápida, y parecemos estar reservados para paladear su dulzura, ¿pero para realizar qué grandes obras?.¿Detectamos la razón por la que nosotros también no morimos con la aproximación de la primavera?.

El termómetro a las 5 P.M. está a 66º+, y probablemente ha estado a 70º+ o más, y los dos últimos días han sido casi tan cálidos.

HDT

(traducción Guillermo Ruiz)

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