Sunday, October 10, 2010

THOREAU Y CHARLES IVES


Solo regresando por el Marlboro,
Un camino, creo, que podría con seguridad ser autorizado
a los peregrinos del carácter más sagrado.
señalamos, digo, la brillante fruta de la mahonia,
Que crece sin uso sobre nuestra colina y pasto
No menos dulce de ver a pesar de su gusto ácido-
Y en una senda rocosa, que atravesamos
No a lo largo sino en diagonal,
En nuestro peregrinaje santo sobre la colina y el valle,
Recogemos manzanas salvajes del más puro color,
Llenando nuestros bolsillos con entusiasmo,
Excelentes para comer o contemplar
O para tirarse el uno al otro y
A las ardillas como deporte; y después otras cultivadas
Amontonadas en huertos por una pobre mente
Quien no vio sino montones de dólares en su trastienda.
Algo menos domesticadas para ser robadas por nosotros,
Aunque nuestros bolsillos ya estaban repletos.
Y una prueba más ví en la laguna Willis,
A donde habíamos venido a calmar nuestra sed de naturaleza,
La cama del sauce que adorna su orilla
Mezclada con el arándano- el cephalantus y la cesperaceae,
Tocada por la helada, irradió sus llamas escarlatas,
Que sobrepasaron ampliamente todos los tintes orientales
Recordándome la riqueza salvaje de los cielos
Y la del indio rojo que una vez, sobre esta playa,
La contempló, antes de que su último verano se acabara.
Así regresamos desde laguna y la colina Willis,
Ascendí la última y bebí de la primera en calma.

HDT

(traducción Guillermo Ruiz)


Thoreau fue una gran músico, no porque tocara la flauta sino porque no tuvo que ir a Boston para escuchar “la Sinfonía”.El ritmo de su prosa, si no hubiera otra cosa, determinaría su valor como compositor.






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