Diario. Tarde, 28 de Agosto de 1851
HDT
(Traducción Guillermo Ruiz)
Porque no poseemos
(La mirada)
I
Porque no poseemos,
Vemos. La combustión del ojo en esta
Hora del día, cuando la luz, cruel
De tan veraz, daña
La mirada, ya no me trae aquella
Sencillez.
(…)
Allí está el Tormes con su cielo alto,
niños por las orillas, ente escombros
donde escarban gallinas. Mira, mira:
ve cómo ya, aun con muescas y clavijas,
Con ceños y asperezas,
Van fluyendo las cosas, Mana, fuente
De rica vena, mi mirada, mi única
Salvación, sella, graba,
Como en un árbol los enamorados,
La locura armoniosa de la vida
En tus veloces aguas pasajeras.
(…)
II
La misteriosa juventud constante
De lo que existe, su maravillosa
Eternidad, hoy llaman
Con sus nudillos muy heridos a esta
Pupila prisionera.
(…)
La hora en que, al fin, con toda
La vergüenza en la cara, miro y cambio
Mi vida entera por una mirada,
Esa que ahora está tan lejos,
La única que me sirve, por la sola
Cosa por la que quiero estos dos ojos:
Esa mirada que no tiene dueño.
Claudio Rodríguez Fer (Del Libro Alianza y Condena)
Miradas sobre lo común y ordinario, palabras siempre actuales y vigentes, aplicables a la temática fotográfica también.
ReplyDeleteSaludos