Sunday, May 07, 2006


MARIANNE MOORE: SOBRE HIMNOS Y BENDICIONES






BENDITO SEA EL HOMBRE
que no ocupa el sitio del mordaz,
el hombre que no denigra, desprecia, denuncia;
que no es "habitualmente destemplado",
quien no "se disculpa, se retracta, es ambiguo; pues será
escuchado"
(¡AH Giorgione! Existen los que prostituyen
y los que enaltecen cuanto tocan;aunque bien pudiera ser
que si no hubiera sabido que era el autoretrato de Giorgione,
no me habría cautivado:Bendito el genio que sabe
que la egomanía no es un deber.)
"Diversidad, controversia, tolerancia"; en esa "ciudadela
del aprendizaje"tenemos un fuerte que debería acorazarnos.
Bendito el hombre que "asume el riesgo de una decisión" y
se pregunta :"¿Solucionaría esto el problema?
¿Es correcto mi modo de verlo?¿Es de interés común?"
¡Ay! Los compañeros de Ulises son ahora políticos
y viven con desenfreno hasta ahogar el sentido moral,
perdido por completo el sentido de la proporción,
creen que la licencia emancipa, "esclavos de aquello
a lo que están encadenados".
Autores desvergonzados, totalmente corrompidos,
malogrados como si lo íntegro
y excepcional fueran viejas imposturas pseudo elegantes,
conciencia antipolilla frente a temperamento.
Insultado por "mentiras privadas y pública vergüenza",
bendito sea el autor
que apoya lo que los arrogantes no apoyan,
que no se conformará.Bendito el hombre inadaptado.
Bendito sea el hombre cuya fe es distinta
de la dominante- a la que no moldea "la simple apariencia
de las cosas",
que no concibe la derrota, demasiado entregado para
desanimarse;
cuyo ojo iluminado ha visto el rayo que dora la torre del sultán.

(Marianne Moore:Pangolines,unicornios y otros poemas.
Edición de Olivia de Miguel.Acantilado.Barcelona.2005)

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